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Nuevo golpe policial a la mafia china de explotación sexual

Las víctimas contrajeron deudas de 30.000 euros para viajar a España

Jesús García Bueno

El tráfico ilegal de inmigrantes llega hasta las peluquerías chinas con final feliz, donde se practica la prostitución de forma encubierta. Todos los cuerpos policiales han intensificado la lucha contra las mafias que explotan a esas mujeres en Barcelona. Lo demuestran las dos operaciones policiales que, con apenas una semana de diferencia, han permitido desarticular sendos grupos delictivos en los distritos de Sant Martí y l'Eixample.

Una operación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Urbana permitió detener, el pasado viernes, a dos miembros de una red organizada dedicada a traer mujeres desde China para obligarlas a prostituirse en un local de la calle de la Independència, confirmaron ayer fuentes del caso. El viernes anterior, y con idéntico propósito, los Mossos irrumpieron en un local del Eixample y detuvieron a tres personas.

Policía y Mossos lanzan operaciones similares con una semana de diferencia

El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) conserva las competencias en Cataluña sobre extranjería y delincuencia organizada, aunque los Mossos d'Esquadra ejercen como policía integral y también pueden investigar los delitos de explotación sexual. Esa dualidad explica que, en ocasiones, cada cuerpo lleve las investigaciones por su cuenta.

La Operación Rulos, desarrollada por el CNP, sigue abierta. Los agentes constataron que cuatro mujeres ofrecían servicios sexuales a cambio de dinero. En la mayoría de peluquerías y centros de estética con final feliz, el cliente es masajeado y masturbado por la trabajadora. Ésta se queda con los beneficios del servicio extra (entre 5 y 20 euros) y, en general, realiza la actividad de forma voluntaria. Los dueños del local obtienen el beneficio del masaje y consienten expresamente que se ejerza la prostitución en los locales.

La Unidad contra Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Policía, con la colaboración de la Guardia Urbana, detuvo a las víctimas de explotación por infringir la Ley de Extranjería, ya que se encuentran en España en situación irregular. El local de Sant Martí estaba arrendado por un ciudadano español y regentado por su compañera sentimiental, de nacionalidad china.

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En comisaría, las víctimas declararon que sus familias habían contraído una importante deuda -de entre 15.000 y 30.000 euros- para que la red les facilitara el salto a Europa desde China. Todas ellas reconocieron que ejercían la prostitución para saldar esa deuda, pero matizaron que lo hacían "de forma voluntaria".

Algo similar declararon las cinco mujeres que, también el viernes, fueron halladas por los Mossos en un piso del Eixample donde ejercían la prostitución. Las víctimas debían estar disponibles para el cliente las 24 horas del día y, por esa razón, se les prohibía abandonar la casa, que disponía de sistemas de videovigilancia. Una de ellas relató incluso que había sido víctima de un engaño, ya que viajó a España porque pensaba que iba a cuidar niños. La investigación se inició, de hecho, a raíz de la llamada de una de ellas, quien explicó que le obligaban a consumir cocaína y que la amenazaron de muerte. En esta operación hubo tres detenidos.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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