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Las ONG piden más recursos ante la subida de la demanda

Àngels Piñol

El Casal d'Infants del Raval, una entidad crucial en Ciutat Vella, ha dejado de ingresar este año 120.000 euros del Ayuntamiento y la Generalitat. La Cruz Roja ha visto cómo se mantenían sus convenios e Intermón Oxfam ha sufrido reajustes no significativos aunque está expectante de cara al futuro. La crisis se está ensañando en las capas más débiles y las ONG denuncian que sufren un aumento de demanda, mientras las donaciones de empresas y particulares y de algunas administraciones, bajan. El balance global se conocerá en enero.

"Muchas veces se han hecho llamamientos para obtener dinero para combatir la pobreza y el cambio climático sin éxito y, en cambio, sí ha habido billones de euros para superar la crisis mundial", lamentó Ignasi Carreras, profesor de Esade y uno de los responsables del noveno curso para formar a directores de ONG promovido por esa institución y la Obra Social de La Caixa celebrado esta semana en el Caixafòrum.

Bajo el lema de cómo pueden influir la crisis en las ONG, Carreras pintó un cuadro preocupante en este año respecto al anterior. Cáritas ha perdido el 15% de las donaciones; Acció contra la Fam ha visto cómo se duplicaba la ratio de bajas; el Casal del Raval -explicó su directora, Rosa Balaguer,- vio en verano cómo las aportaciones se reducían el 35% y cerrará, por primera vez en años, el ejercicio con déficit. Esta situación contrasta con el aumento de la demanda: Carreras advirtió de que el 17% de la población catalana está en el umbral de la pobreza y puede aumentar con los pequeños pensionistas, parados, inmigrantes y familias monoparentales.

Nuevo perfil

Enric Morist, director de la Cruz Roja en Cataluña, aseguró que atienden al 25% más de personas y que ahora también les llega otro perfil. "Por ejemplo, una pareja con dos hijos que paga una hipoteca de 1.000 euros y uno se queda en el paro. No tienen más remedio que acudir a la ayuda social". Balaguer expuso dos casos: familias inmigrantes con una hipoteca que ven ahora que no la van a poder pagar y jóvenes inmigrantes con permiso que han acabado en el paro. "Antes nos preocupábamos de los jóvenes sin papeles y ahora volvemos atrás", dijo Balaguer.

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