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El Parlament aprueba la ley de Educación con el 80% de los votos y el apoyo de CiU

ICV vota contra parte del texto, cuyo desarrollo en septiembre será decisivo

La primera ley de Educación de Cataluña pasó ayer la prueba final y fue aprobada en la mayor parte de su articulado por el 80% de los votos del Parlament.

En las crónicas y en las actas del Parlament quedará que ayer ocurrió algo inusual: el principal grupo de la oposición, CiU, apoyó una ley del calado junto a los socios del tripartito: PSC, ERC e ICV-EUiA. Pero este último cumplió lo que había anunciado: votó en contra de dos títulos de la ley y se abstuvo en el preámbulo. Sólo el PP y Ciutadans votaron contra el conjunto de la ley.

Los grupos que la apoyan exhiben el amplio respaldo parlamentario alcanzado como la garantía de que la ley durará y no habrá otra si CiU vuelve a gobernar en la Generalitat. Es justo lo contrario de lo que ha ocurrido en el conjunto de España, que ha tenido cuatro leyes de Educación en dos décadas, las del PSOE y el PP.

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Los 12 diputados de ICV-EUiA votaron en contra de una veintena de artículos (sobre 204 que tiene la ley sin contar disposiciones adicionales y transitorias) que se refieren a las condiciones de los conciertos y a los deberes de centros públicos y privados. "Rechazamos la columna vertebral de esta ley", afirmó en la tribuna la diputada de este grupo Dolors Camats, que criticó que no se prohíba de forma taxativa separar alumnos por sexos y que se pueda "destinar dinero público a construir centros privados".

La ley "no sería posible sin el Estatuto y se ve su potencia como elemento de transformación nacional", dijo el consejero de Educación, Ernest Maragall.

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La ley deja sin concretar bastantes temas para que pueda desplegarse a izquierda y a derecha. Su despliegue será por eso importante. La ley busca mejorar los resultados escolares. La lengua vehicular es el catalán y se esquiva la tercera hora de castellano que exige el Gobierno central. Se fijará un tope de inmigrantes para evitar guetos, y se da autonomía a las escuelas y más poder a los directores

Los ejes de la ley

- Autonomía escolar, evaluación de centros y docentes y más poder

a los equipos directivos.

- La lengua vehicular es el catalán. Se puede estudiar en castellano en la primera enseñanza en clases conjuntas.

- Se fijarán cuotas máximas de alumnos inmigrantes por zonas (por concretar según futuro decreto).

- Se podrá concertar el bachillerato y la formación profesional, que no son niveles obligatorios.

- Nace el servicio de educación, con centros públicos y concertados.

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