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Penas de casi 4 años por los destrozos tras el gol de Iniesta en Londres

El Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona ha condenado a dos jóvenes a tres años y un día de cárcel por lanzar botellas, latas y piedras contra agentes de los Mossos d'Esquadra durante la celebración de la clasificación del Barça para la final de la Liga de Campeones tras el célebre gol de Andrés Iniesta en el tiempo de descuento. El juez considera que cometieron un delito de atentado con medios peligrosos y les impone también otros ocho meses de cárcel por desórdenes públicos y una multa de 1.500 euros por los daños causados en el servicio de bicicletas municipal Bicing.

Se trata de la sentencia más dura dictada hace años contra personas acusadas de protagonizar destrozos tras una victoria azulgrana, pues lo habitual era la imposición de penas más leves e incluso la absolución por falta de autor conocido.

Sin identificar

Los hechos ocurrieron a las 3.35 horas de la madrugada del 7 de mayo de 2009, en plena euforia por gol de Iniesta ante el Chelsea. Cuando la mayoría de aficionados ya se había retirado, un pequeño grupo de radicales, entre los que se encontraban los condenados, se mantuvo en la confluencia entre La Rambla y plaza de Catalunya. Según la sentencia, Albert Perich Valenzuela y Cristian Martínez García, junto a otras personas que no han podido ser identificadas, empezaron a lanzar de forma reiterada botellas de vidrio, latas de bebida y piedras contra los Mossos d'Esquadra, aunque los objetos no llegaron a impactarles.

También destrozaron a patadas tres bicicletas del Bicing, por lo que han sido condenados a una multa de 1.500 euros por un delito de daños y a indemnizar a la empresa responsable con 956 euros por los destrozos ocasionados. El juez se ha basado, como prueba de cargo fundamental, en el relato de los agentes que intervinieron en el dispositivo de seguridad, que durante el juicio identificaron sin ninguna duda a ambos acusados.

Frente al argumento de los jóvenes, que admitieron que estaban en el lugar de los hechos pero que no participaron en los altercados, los agentes subrayaron que les tenían perfectamente identificados, porque se encontraban entre un pequeño grupo de siete u ocho personas. La celebración sacó a la calle a miles de aficionados para festejar la clasificación.

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