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Pere el Gran conserva sus huesos

Hallan intacto el enterramiento del rey de la Corona de Aragón en Santes Creus

Una momia lleva más de siete siglos reposando en el monasterio de Santa Maria de Santes Creus (Alt Camp). La Generalitat ha abierto por primera vez la tumba de Pere el Gran (1240-1285), monarca de la Corona de Aragón, y ha hallado en su interior los restos intactos del rey. "Se trata de un hallazgo histórico" anunció ayer el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras. La exploración, que coincide con los preparativos del 850º aniversario del monasterio, se había descartado hasta ahora por la complejidad técnica del proyecto. La tarea continuará con la exhumación y el estudio de los restos, además de la restauración de otras tumbas reales del monasterio (las de su hijo Jaume II y la esposa de éste, Blanca d'Anjou) y costará 750.000 euros.

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Las primeras imágenes obtenidas de la momia mediante la introducción de una cámara en el sarcófago confirman que son los únicos restos de esta dinastía que no han sido saqueados. El cuerpo del rey fue embalsamado y está protegido por un tejido, y el cráneo aparece cubierto por un casco metálico del que sobresale la parte superior de la mandíla. La momia se encuentra en una bañera de pórfido de época romana proveniente del Palatíno, un receptáculo casi único: en toda Europa sólo quedan 11 piezas similares. "Los análisis posteriores aportarán datos inéditos sobre los hábitos de la época", subrayó Tresserras. El rey fue enterrado empleando hierbas aromáticas propias del embalsamamiento, según el análisis de la atmósfera del interior del sepulcro. Los técnicos analizarán los restos en el centro de restauración de la Generalitat, en Sant Cugat del Vallès, siempre que el traslado no comporte riesgos para su conservación.

Pere el Gran, III de Aragón, I de Valencia y II de Barcelona, fue también rey de Sicilia durante un mandato clave en la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo (1276-1285). Los análisis de los restos y de su ADN permitirán encajar cabos sueltos sobre su familia. Así, resolverán las incógnitas que rodean los huesos de Jaume I el Conqueridor, su padre, cuyos supuestos restos están enterrados en Poblet. En su sarcófago se cuentan, entre otras irregularidades, dos cráneos con una herida de flecha, motivo que causó la muerte del rey según las crónicas de la época. La genética permitirá identificar también los restos atribuidos a Alfons III, nieto del monarca. "Reharemos los estudios sobre la dinastía condal", destacó Tresserras.Varios motivos han permitido que los restos de Pere el Gran llegaran intactos al siglo XXI: se trata del primer monarca catalán embalsamado tras su muerte, práctica que gozó de popularidad en el siglo XIII y que se inspiraba en las técnicas empleadas en el antiguo Egipto, aseguró Marina Miquel, responsable de la gestión de los monumentos del Museo de Historia de Cataluña y coordinadora del proyecto. El peso del enorme mausoleo que contiene los restos del rey ayudó a salvar la tumba de los saqueos. Un expolio que sí sufrieron los despojos de su hijo, Jaume II, y la esposa de éste, Blanca d'Anjou, ambos enterrados a una decena de metros del monarca.

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Los trabajos esclarecerán aspectos que hasta ahora sólo podían cotejarse con los libros de historia: determinar las características físicas y genéticas del rey así como su dieta alimenticia, reconstruir su rostro y esclarecer las causas de su muerte. También determinar las armaduras y ropajes que empleaba la realeza catalana en el siglo XIII. "Los restos del monarca están intactos y momificados. Eso abre posibilidades que hasta ahora eran impensables", confió Miquel.

Las inspecciones previas ya han aportado datos históricos relevantes, subrayó la conservadora. Las imágenes confirman que el entierro del rey en Santes Creus fue una ceremonia secundaria: Pere el Gran fue enterrado en algún sitio cerca del altar en 1285 y unos veinte años después fue trasladado a su ubicación actual. Esta tumba sólo fue abierta en 1857 por un restaurador que levantó la tapa apenas unos centímetros.

Pere el Gran consolidó la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo iniciada por su padre, Jaime I. Conquistó Sicilia y pacificó el territorio de la corona, amenazado por las últimas razias árabes en el noreste de la Península, la voluntad expansionista del papado de la época y las aspiraciones de la monarquía francesa, que llegó a tomar Girona en 1285. La expulsión de las tropas del francés Felipe III fue la última gran victoria que logró Pere el Gran, meses antes de fallecer y ser enterrado en Santes Creus.

Su muerte dio lugar al primer funeral de la realeza celebrado en el monasterio, abadía cisterciense del siglo XII y una de las joyas de las construcciones religiosas medievales en Cataluña, que el año pasado recibió unas 76.000 visitas y fue uno de los monumentos más visitados de los que gestiona la Generalitat.

Las tumbas de Jaume II y su esposa Blanca d'Anjou están muy deterioradas por varios saqueos sufridos en los últimos siglos. La Generalitat restaurará los tres mausoleos antes de junio de 2010, cuando el complejo gótico de Santes Creus cumple 850 años.

El consejero Tresserras en Santes Creus, junto a la tumba del rey Pere el Gran y la imagen que muestra su momia.
El consejero Tresserras en Santes Creus, junto a la tumba del rey Pere el Gran y la imagen que muestra su momia.JOSEP LLUÍS SELLART

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