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LA HORMA DE MI SOMBRERO
Columna
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El Premio de Fotografía Xavier Miserachs

Para los familiares, compañeros y amigos, innumerables amigos, del querido y añorado Xavier Miserachs, hoy es un día de fiesta. Esta noche, en el transcurso de una cena en el restaurante Ruccula, en el World Trade Center, donde el chef Joan Piqué nos trata y alimenta con la profesionalidad y el mimo que le caracterizan, se hará entrega del I Premio de Fotografía Xavier Miserachs.

El premio nace de una iniciativa de la empresa hotelera Hotusa y de su director general, el señor Amancio López. Dicha empresa está construyendo un hotel de cinco estrellas, de gran lujo, en el World Trade Center, el cual tiene prevista su inauguración para la próxima primavera. Llegado el momento de pensar en la decoración del hotel, de sus 273 habitaciones, incluidas las 10 suites, el señor Amancio López, tras comentar la jugada con el arquitecto responsable del edificio y del interiorismo del mismo, Josep Joanpere, decidió apostar por la fotografía. Las 273 habitaciones contarán cada una con tres fotografías. En total, 819 fotografías, en blanco y negro. Tema: Barcelona.

Esta noche se concede el premio de fotografía en memoria de Xavier Miserachs. Lo promueve el hotel que se abrirá en el World Trade Center

Y aquí entra en el juego Pepa Alemany, directora de comunicación del nuevo hotel y verdadera alma del Premio Xavier Miserachs. Al enterarse Pepa de que las fotografías serían en blanco y negro, sobre el tema de Barcelona, lo primero que le vino a la mente fue el espléndido álbum de Miserachs, Barcelona en blanc i negre, con texto de Josep Maria Espinàs. Y una cosa trajo la otra. ¿Por qué no instituir un premio de fotografía que lleve el nombre de Miserachs y destinar las fotos premiadas para decorar las habitaciones del hotel?, pensó Pepa.

Había que obtener la autorización de la familia de Miserachs para dar su nombre al premio, cosa que no ofreció ninguna dificultad, pues sus hijas, Arena y Mar, se mostraron encantadas con el proyecto, y más al saber que el señor Amancio López estaba dispuesto a adquirir 10 originales fotográficos de Miserachs para decorar las suites del nuevo hotel.

Y se puso en marcha el premio. Tras consultar con Jaume Capdepadrós, fotógrafo y profesional del revelado, y Josep Rigol, también fotógrafo y comisario de exposiciones fotográficas, se decidió crear un premio en el que concurrirían 10 fotógrafos profesionales pero absolutamente desconocidos, previamente seleccionados, los cuales realizarían una serie de fotografías sobre Barcelona, en blanco y negro, unas fotografías en las que se les pediría que captasen la Barcelona del cambio de milenio 'amb ulls nous'. Se concederían un primer, un segundo y un tercer premio, y se adquirirían seis fotografías de cada uno de los 10 fotógrafos, 30 de las cuales, las mejores, serían expuestas en el Palau Robert, en una exposición que se inaugurará el próximo 17 de octubre, durante un acto en el que también se presentará el libro Barcelona, dos mil anys i un dia, diseñado por Toni Miserachs, la hermana de Xavi, y prologado por Manolo Vázquez Montalbán, en el que se reproducen las 60 fotografías compradas para decorar el nuevo hotel.

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Pues bien, el Premio Xavier Miserachs ya es una realidad. Esta noche, en el Ruccula, se van a hacer públicos los nombres de los ganadores de acuerdo con el fallo emitido por un jurado presidido por el arquitecto Joanpere y compuesto por los fotógrafos Leopoldo Pomés, Colita, Oriol Maspons, Pilar Aymerich, Pedro Madueño y Jaume Campdepadrós, por Arena y Mar Miserachs, y por Manolo Vázquez Montalbán y un servidor. Un fallo cuyo primer premio ha recaído en la serie de tres fotografías (las que ilustran estas líneas) de la que es autora Elisenda Fontarnau, una barcelonesa, nacida en 1975, licenciada en Bellas Artes, en la especialidad de grabado. 'Una disciplina que junto con la fotografía me ha permitido investigar nuevos caminos expresivos', dice la ganadora. La serie de Elisenda Fontarnau fue realizada en la playa de la Barceloneta y la niña que vemos columpiándose en dos de las fotografías es una niña de seis años, Akane Momota, nacida en Barcelona, hija de madre japonesa y padre marroquí. Una fotografía que, al margen de sus cualidades artísticas, ilustra a la perfección la Barcelona de cambio de milenio, con esa barcelonesita de sangre japonesa y marroquí, columpiándose, sonriente, en una ciudad abierta al mar.

Barcelona, capital turística, ha visto, a raíz de los Juegos Olímpicos, levantarse una serie de hoteles. Pero no son suficientes. Ahora, con ese nuevo hotel de lujo que inauguraremos la próxima primavera, la fotografía, el arte y, en definitiva, Barcelona -'la ciudad del mundo que cuenta con mayor número de fotógrafos por metro cuadrado', como suele decir Pepa Alemany- se dan la mano. Y eso es bueno. Porque si hasta ahora hemos podido acostumbrarnos, dormirnos con el fantasma de Buffalo Bill en el viejo hotel Oriente, o con el fantasma de Malraux en el fantasma del desaparecido Colón, y acostarnos, dormirnos, con una momia egipcia en el Claris y con un defensa o, cuando menos, con un pijama del Barça en el Ritz, ahora, en el nuevo hotel del World Trade Center, podremos acostarnos, dormirnos, con Xavier Miserachs. Una muy agradable compañía.

Es bueno que un hotel de Barcelona apueste por la fotografía, que compre fotografías para su fondo artístico, que promocione el arte de los fotógrafos, que instituya un premio de nombre tan ilustre. Eso me recuerda a cuando mi hermano y colega Lluís Permanyer les decía a las autoridades barcelonesas que, en vez de encargar a tal o cual pintor, la mayoría de las veces un mediocre pintor, el retrato de tal o cual alcalde o presidente de la Diputación, para la galería de las respectivas instituciones, lo que debían hacer era encargarle el retrato a Català Roca. Por lo visto, los hoteleros tienen mayor sensibilidad, sensibilidad fotográfica, que nuestros políticos.

Me dice mi amiga Pepa que la cosa no acaba aquí. Que el premio va a tener continuidad. Que para el próximo año está previsto que el premio se internacionalice, se admita en él a fotógrafos de todo el mundo, al tiempo que se crea un premio 'a la mejor fotografía de Prensa del año'. Ámbito: Cataluña. Para fotógrafos de Prensa, fijos o freelance. Un único premio dotado, al parecer, con dos millones de pesetas. Eso es bueno, sí señor. Como bueno, riquísimo me imagino que estará el menú de esta noche en el Ruccula, un menú que, muy a pesar mío, no me podré zampar porque esta noche estaré lejos de Barcelona. Pero tengan por seguro que esta noche brindaré por el nuevo hotel, por el señor Amancio López, por mi amiga Pepa, por los fotógrafos, por Barcelona y por mi viejo y añorado amigo Xavier Miserachs. Per molts anys!

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