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El Puerto abrirá una línea férrea para mercancías entre Lyón y Barcelona

El trayecto entre las dos ciudades durará 10 horas

El Puerto de Barcelona no esperará a tener la línea de alta velocidad y ancho europeo para ampliar sus posibilidades para convertirse en la puerta sur de Europa para mercancías transportadas por mar. A partir del 8 de febrero ofrecerá a los barcos que atraquen en Barcelona un servicio ferroviario que hará que sus productos estén en Lyón (Francia) en un plazo de entre 9 y 10 horas.

El nuevo corredor utilizará la vía convencional y será explotado por una unión temporal de empresas formada por el propio puerto, Renfe y la filial naviera de la compañía ferroviaria francesa SNCF. El acuerdo permite que el cambio de trenes en la frontera reduzca su tiempo al máximo, de modo que se acorte varias horas el trayecto.

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Barcelona compite con Génova y Marsella por constituirse en la puerta sur de Europa copando, sobre todo, productos fletados en Asia y que lleguen al continente a través del canal de Suez. Con el nuevo servicio, Barcelona se coloca en un buena posición frente a sus dos competidores. Jordi Valls, presidente del Puerto de Barcelona, explicó ayer en Hong Kong que el principal puerto afectado no será posiblemente el de Marsella, sino el de Amberes (Bélgica). Hoy por hoy, la precisión operativa y las facilidades que ofrecen los puertos del norte de Bélgica y Holanda hacen que no pocos armadores prefieran descargar en ellos antes que en los más cercanos del Mediterráneo. Barcelona pretende ahora entrar en el mercado dominado por los puertos del norte. Valls insistió en que el futuro pasa por las vías de ancho europeo que enlacen el puerto con toda Europa, pero afirmó que mientras tanto hay que empezar a trabajar para hacerse con un mercado importante que no espera, aunque hay una cierta reducción de las operaciones, consecuencia de la crisis general.

El nuevo servicio ha sido, precisamente, una de las bazas esgrimidas por Valls en las visitas que ha realizado esta semana a representantes de los puertos de Pekín, Shanghai y Hong Kong. Ayer mismo visitó en Hong Kong las instalaciones de Hutchinson, el primer operador mundial de terminales portuarias. La visita tenía un doble objetivo: por una parte, informar a Hutchinson de las ventajas del nuevo servicio ferroviario; por otra, trabajar en el proyecto del muelle Prat, cuya concesión ha obtenido, precisamente, Hutchinson, que ha presentado ya un plan "más ambicioso y con mayor inversión de lo inicialmente previsto". Entre otros elementos, Hutchinson ha planteado al Puerto de Barcelona que la operación en Prat sea semiatomática. La relación entre el Puerto de Barcelona y Hutchinson, principal operador en Asia, debería reportar un crecimiento del tráfico asiático hacia Cataluña. El 30% de las mercancías que llegan al puerto barcelonés proceden de China.

Valls estuvo ayer en Hong Kong (donde coincidió con el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu); anteayer, en Pekín, y 24 horas antes, en Shanghai. En estos dos últimos casos, las conversaciones entre los puertos chinos y el de Barcelona pasan por otra vía: el interés de China en que Shanghai se convierta en un puerto para cruceros. Barcelona es el primer puerto del Mediterráneo para cruceros y el quinto del mundo, de ahí que haya interés en lograr su asesoramiento en la construcción y gestión de las terminales. Barcelona ofrece a las ciudades chinas un servicio específico de cruceros para el público asiático en general y chino en particular.

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