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Puig culpa de la carga a los indignados por su "resistencia, oposición y violencia"

El consejero de Interior lanza duras acusaciones contra los acampados para justificar la carga policial - "Los objetivos se consiguieron", concluye

Rebeca Carranco

Para el consejero de Interior, Felip Puig, hay un culpable de la carga desmesurada del pasado 27 de mayo en la plaza de Catalunya. Pero no es él, sino algunos de los acampados. Por su "resistencia, oposición y violencia" a la autoridad, repitió ayer en una comparecencia parlamentaria que supo a poco. El consejero insistió en los argumentos esgrimidos hasta ahora: la intervención policial quería evitar "riesgos" ante la celebración de la Champions y el "desorden público" que acarrea. "La policía hizo lo que tenía que hacer", concluyó Puig. Y los "objetivos se consiguieron: se retiró el material peligroso", añadió. La actuación se saldó con 121 heridos, 37 de ellos mossos d'esquadra.

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Puig, sin embargo, admitió ayer un error en la planificación: "Se valoró de manera insuficiente el nivel de agresividad y resistencia de los concentrados". Algo que de nuevo apunta a los acampados como el origen del problema, a pesar de que las imágenes tomadas aquel día, en el inicio de las cargas, muestran a personas sentadas en el suelo con las manos en alto. "La culpa de lo que pasó la tienen los violentos, que también había", recalcó el consejero, aunque admitió que eran solo unos pocos entre la masa de gente que se concentró en la plaza de Catalunya al conocer la actuación policial. En el momento álgido eran más de 4.500 personas.Puig ha mantenido desde el primer momento que los Mossos d'Esquadra no dieron "el primer paso" en la confrontación con los acampados, algo que ayer, sin embargo, no probó. "No ha podido demostrar ninguna acción violenta previa a la primera carga de las diez y media de la mañana", le reprochó el diputado de Solidaritat Catalana per la Independència Uriel Bertran. A lo que Puig aseguró que "a las 8.20 ya había atentados, insultos y empujones" contra los cordones policiales.

Pero no exhibió ninguna imagen que avalase su tesis, algo que se esperaba que Puig utilizase en su defensa en la comparecencia parlamentaria. Incluso ICV-EUiA tenía previsto contrarrestar lo que dijese con grabaciones recopiladas por ellos mismos. "No he querido jugar al juego de las imágenes y contraponer imágenes", defendió el consejero.

Pero eso no le impidió afear de nuevo a los medios la cobertura de la carga, que tachó de "tratamiento informativo desmesurado". "No hemos visto las imágenes de agresión a los mossos por un grupo reducido de violentos", dijo el consejero. Pero tampoco las mostró él para obtener esa repercusión, a pesar de que el helicóptero de los Mossos d'Esquadra grabó las seis horas y media de operación policial.

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En la comparecencia, que se celebró a petición de todos los grupos parlamentarios y del propio Puig, volvieron a salir los intermediarios con los acampados. Puig aseguró que les fue imposible dar con ellos el jueves y que el mismo día de la carga estuvieron más de media hora tratando de convencerles para que colaborasen. "El viernes por la tarde se abren líneas de diálogo. ¿Se hubiesen producido sin la intervención? Nunca lo sabremos, pero yo creo que no", aseguró.

También a ellos el consejero les dedicó el dicho de "no hay peor sordo que el que no quiere oír", a lo que el diputado de ERC Oriol Amorós respondió poco después. "No nos han explicado ninguna medida concreta de buscar diálogo", le dijo. "Ustedes no creyeron en el diálogo, no planearon con tiempo el operativo", añadió.

Puig, en cambio, sí desmenuzó las horas, los efectivos y las reuniones previas con el Ayuntamiento hasta decidir la intervención policial, y admitió que la operación no salió como "los mandos policiales" habían planificado. La intervención tendría que haberse acabado en dos horas y media (entre las 7.00 y las 9.30), aunque finalmente duró más de seis y media. Puig añadió que los Mossos no quisieron actuar con "nocturnidad" para evitar "histeria y desconcierto".

En la Cámara salió a relucir de nuevo el problema con la Guardia Urbana, que Puig resumió en "pequeñas fricciones". "No hubo una única autoridad operativa", dijo Puig, en referencia a los mandos de la Guardia Urbana y los Mossos. Esto, según dijo, "no volverá a pasar".

El socialista Joaquim Llena le afeó que se refiriese durante "casi una veintena de veces" al alcalde de Barcelona, el también socialista Jordi Hereu, para explicar que la decisión de intervenir fue conjunta. Pere Calbó, del PP, le echó en cara que la ciudadanía ha podido pensar que "el consejero no actúa cuando está a las puertas de las elecciones y sí cuando han pasado". "Multiplicó el problema", dijo

Puig descarta cualquier investigación interna sobre lo ocurrido, pero salió al paso de las críticas diciendo que será estricto con los violentos. Incluso anunció una iniciativa legislativa para "establecer un régimen sancionador a multirreincidentes y acciones preventivas".

"Las operaciones de orden público nunca son fáciles", concedió Puig. "¿Cómo podemos estar satisfechos del resultado general a pesar del éxito de la operación?", añadió. E incluso dijo lamentar "todas las consecuencias de las operaciones que no salgan suficientemente bien", aunque insistió en el éxito de la misión encomendada aquella mañana, a pesar de los 121 heridos. El diputado de ICV Jaume Bosch sostuvo que la actuación fue "injusta y desproporcionada". "Obstaculizar no es agredir", le recordó. ICV y Solidaritat pidieron la dimisión del consejero.

El consejero Felip Puig, ayer en el Parlament.
El consejero Felip Puig, ayer en el Parlament.MARCEL-LÍ SÀENZ

La defensa de Puig en el Parlament

- "No se evaluó de manera suficiente el nivel de agresividad y resistencia de los concentrados".

- Antes de la primera carga "hubo atentados, empujones e insultos" contra los cordones policiales y los servicios de limpieza.

- "No hubo una única autoridad operativa", sobre la coordinación entre Mossos y Guardia Urbana.

- "No he querido jugar al juego de las imágenes y las contraimágenes".

- "No sé si hubiera habido diálogo con los acampados sin la intervención policial".

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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