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Puig suprime el programa contra la violencia sexista

Seguridad controlará la acción contra las agresiones machistas

La lucha contra la violencia sexista dejó ayer de tener apartado propio en la Generalitat. El consejero de Interior, Felip Puig, suprimió el Programa de Seguridad contra la Violencia Machista, que había establecido su antecesor, Joan Saura. Con su decisión, que ayer fue publicada en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC), Puig diluye la lucha contra la violencia sexista en las funciones del secretario de Seguridad, cuya macrocarpeta incluye los Mossos d'Esquadra, la protección civil, la prevención y extinción de incendios, las emergencias, la seguridad privada y el tráfico.

En el decreto no se especifica qué rango se les dará a partir de ahora a las políticas contra la violencia sexista, que no figuran en ninguna de las direcciones o subdirecciones adscritas al departamento. "Las funciones del Programa de Seguridad contra la Violencia Machista se desarrollarán a través de los órganos y unidades que dependen de la Secretaría de Seguridad", zanja el decreto, sin aclarar nada más. En un comunicado enviado por el propio departamento, Xavier Gibert, secretario general de Interior, justificó la supresión asegurando que un programa tiene carácter "de provisionalidad". "Con este cambio, las políticas de lucha contra la violencia machista tendrán más visualización y se les dará un carácter muy superior al que tenían hasta ahora", aseguró Gibert, sin concretar más.

Mas tutelará los sondeos al asumir las competencias del CEO

El programa sobre la violencia sexista sufre las consecuencias de la reestructuración gubernamental del presidente de la Generalitat, Artur Mas, que con los decretos publicados ayer en el DOGC culminó la reducción de altos cargos de 177 a 136. Precisamente Puig ha sufrido en sus carnes la disminución de áreas y por ello todavía no ha culminado la estructura de Interior. Algunas fuentes apuntan a desavenencias con el presidente para concretar los nombramientos, aunque otras fuentes, cercanas al consejero, aseguran que simplemente necesita más tiempo para cuadrar el organigrama. Con la reducción del número de altos cargos, Mas también rebaja la importancia de la política lingüística, que pasa de secretaría general a dirección general.

Ayer también se concretaron los delegados de la Generalitat en la provincia de Tarragona. Igual que hizo con Josep Antoni Duran Lleida (el portavoz de CiU en Madrid es también el reponsable de las negociaciones con el Gobierno central), Mas ha dado el mando a los dos responsables del partido en el territorio. Joaquim Nin, vicepresidente de la Diputación tarraconense, será el delegado de la Generalitat en el Camp de Tarragona, y Xavier Pallarès, alcalde de Arnes (Terra Alta), se hará cargo de la delegación de las comarcas del Ebro.

Con la reestructuración de áreas, Mas se apuntó el control de otro organismo: el Centro de Estudios de Opinión (CEO), que redacta los sondeos oficiales de la Generalitat. El CEO debe pertenecer por ley al Departamento de Economía para evitar el control directo del presidente sobre los sondeos. Cuando Jordi Pujol era el jefe del Ejecutivo, el director de comunicación de la Generalitat, David Madí, tuvo que dimitir por manipular sondeos en favor del entonces conseller en cap, Artur Mas. Nombrado presidente, Mas ha decidido retomar el control sobre el organismo que se encarga de las encuestas.

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