¿Quién dijo miedo?

"La moderación es fatal", venía a decir uno de los personajes de Oscar Wilde en Una mujer sin importancia, "nada triunfa tanto como el exceso". Y los EGOS Teatre no parecen privarse de recursos en su adaptación musical de uno de los relatos más populares del ingenioso escritor irlandés, Lord Arthur Savile's crime. Gran despliegue escenográfico -paneles, telones y mesas que suben y bajan, escenario con escalinata que gira y se abre-, variado surtido de vestidos y sombreros de época, en colores vivos o en blanco y negro según la escena y la intención, más los músicos que tocan en directo. Espectacular. Y con pinta de ser el éxito de las fiestas navideñas.

Los EGOS se han atrevido con un musical de creación propia y corte clásico a partir del material de Wilde. Y la verdad es que no está nada mal. Han dado la vuelta al texto, se quedan con lo que les conviene para convertirlo en un musical, no han dudado en permitirse un montón de licencias y cambios, han añadido varias citas de otras piezas de Wilde, se han inventado unos temas musicales y les han puesto letra. La partitura tiende, desde el primer tema, a Sondheim; el autor de Sweeney Todd se va colando a lo largo de la función, por lo que acaba siendo una amalgama musical demasiado uniforme. Podrían ahorrarse algún tema y algo de texto para acortar la duración del conjunto. Con todo, la factura de El crim es estupenda y no tiene nada que envidiar a la de los musicales de franquicia que llegan del extranjero.