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Rabasa ultima su retorno con un modelo de bicicleta urbana

Albert Adami, nieto de Simeó Rabasa, apuesta por la fabricación local

Clara Blanchar

El rumor ha tomado fuerza en las últimas semanas entre la tribu de los pedales. Y sí. Es verdad. Confirmado. Rabasa vuelve. La mítica marca de bicicletas de Mollet del Vallès, fundada en 1922 y cerrada en 1996 ultima su retorno. Reaparecerá a finales de año de la mano de Albert Adami Rabasa, nieto del fundador, Simeó Rabasa. Con una imagen corporativa renovada, de aire retro, en la que el escudo subraya el año 1992 y las letras BCN, para señalar que son de aquí. "Compromiso con el entorno". Entorno físico y sostenibilidad y movilidad urbana, defiende Adami.

A new cycle es el lema elegido, jugando con "nuevo ciclo" y "nueva bici". Adami, que navega entre la emoción y el frenesí del lanzamiento, señala: "Que sí, que volvemos a hacer bicicletas y las queremos hacer aquí, nos hemos metido en un buen lío, pero era ahora o nunca".

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El nieto de Simeó Rabasa habla en plural. Se refiere al equipo de personas que lleva "ya tiempo" preparando el regreso. Un pequeño grupo de fieles colaboradores -son una tumba, no sueltan prenda- de varias disciplinas y procedencias tan diversas como Holanda y Estados Unidos. Pese a la contención han ido enseñando la patita. Dosificadamente. Tienen página en Facebook, cuenta en Twitter y una escueta web con un escueto mensaje que contiene la palabra "reborn".

La idea de Adami es lanzar una amplia gama de productos, pero el primero será una bici urbana. "Fabricada aquí, no vamos a fabricar en China para poner luego la marca", insiste. Será "un destilado": pequeña pero no plegable, ligera, resistente y, dice, a buen precio. Tela marinera en un sector en expansión pero en el que otras marcas han tenido tiempo de hacerse un hueco en el mercado. "Vamos tarde", reconoce, "pero la situación económica invita a tomar este tipo de decisiones".

A favor tienen que las dos ruedas han alcanzado un punto de popularidad y masa crítica de usuarios suficiente para alimentar clientela que no se conforma con cualquier bici. Las nuevas Rabasa pueden atraer, lo saben, a la generación que en los setenta y ochenta pasaba los veranos en el pueblo pedaleando sobre una Rabasa. Tener una Panther, de las de tres marchas, o una BMX, con un pedazo de muelle de suspensión en el cuadro, era lo más. Tener un amigo o un primo que las tuviera, no era lo mismo, pero daba opción a hacer el cabra un rato con uno de los modelos más envidiados de la época. En la red hay devotos que muestran increíbles procesos de restauración.

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Los nuevos modelos son secreto de Estado. En una de las pocas imágenes que dosifican -sobre estas líneas-, huelen a algo parecido a una fixie, las bicicletas de piñón fijo. En cualquier caso, en pleno siglo XXI, la web de Rabasa está en inglés: una pista de la vocación internacional del relanzamiento. "Creando bicis innovadoras para ciclistas urbanos de todo el mundo", dice.

Las bicis Rabasa tienen origen en el taller de reparación de bicicletas que Simeó Rabasa fundó en 1922 en Mollet del Vallès. De los remiendos pasó a la producción de bicicletas en serie y en 1944 creó una sociedad con su hermano Josep: Bicicletas Rabasa. La aventura fue un éxito -con el tiempo y de la mano de Margarita Rabasa y Dante Adami, padres de Albert, llegarían a una producción anual más de 60.000 unidades-, hasta el punto de que se arremangaron para lanzar una versión motorizada. La Derbi, cuyo nombre significa Derivados de la Bicicleta.

En 1950 nacía Nacional Motor SA, la rama de las motos. Con el tiempo la palabra Derbi se incorporaría a la marca Rabasa. El catálogo de bicis llegó a ser amplísimo. Fabricaron desde modelos de carretera o paseo a triciclos y estáticas, pasando por las de trialsín que ganaron campeonatos del mundo. Pero la globalización no perdonó. Las importaciones y la deslocalización de la producción de bicicletas en países donde producir era más barato provocaron el cierre de Rabasa en 1996. Tres lustros después, la apuesta vuelve a ser local.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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