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Richard Rogers consolida su actividad en Barcelona y se asocia con Alonso-Balaguer

El arquitecto británico se muestra 'escéptico' con el desarrollo urbanístico del Fòrum 2004

Asesor del alcalde Pasqual Maragall en otro tiempo y actualmente de Joan Clos, la relación del arquitecto británico Richard Rogers (Florencia, 1933) con Barcelona viene de lejos. Ahora, y tras iniciar hace dos años una colaboración con el estudio barcelonés Alonso-Balaguer, acaba de asociarse con ellos en una joint venture para acabar de acometer los proyectos que tienen entre manos en Cataluña, como el hotel Hesperia de L'Hospitalet y la reforma de la plaza de Las Arenas. Es la primera vinculación de este tipo que establece el estudio de Rogers fuera de su país.

El equipo tiene proyectos en Barcelona, Viladecans y L'Hospitalet
'Una gran ciudad debe mezclar las actividades e incluso las clases sociales'

Además de ser finalistas en el concurso para la construcción de la nueva Ciudad de la Justicia en los antiguos cuarteles de Lepanto, junto a la plaza de Cerdà, el estudio de Rogers y sus recientes socios Alonso-Balaguer -con los que, de hecho, ya estaba colaborando desde hacía años- tienen en la cartera de proyectos un hotel de 30 plantas en L'Hospitalet de Llobregat, el Hesperia, cuyas obras acaban de empezar; un parque empresarial y de negocios en Viladecans y la conversión de la plaza de toros de Las Arenas en un nuevo macrocentro lúdico y comercial.

Este último proyecto está pendiente de su aprobación definitiva -hay una reunión con el Ayuntamiento y los promotores dentro de dos semanas- después de un periodo de dudas acerca de los usos que se le debían dar y de que el consistorio diera marcha atrás a la intención inicial de los arquitectos de alzar una gran torre coronada por una plataforma circular. El arquitecto Luis Alonso explica que este nuevo centro -que mantendrá el aspecto de una fachada que Rogers considera 'más interesante desde el punto de vista de la memoria que del estético'- se cubrirá con una cúpula que, con toda probabilidad, será móvil. Por dentro, el antiguo coso taurino se convertirá en una estructura sin un centro definido que permitirá 'multiplicidad de visiones cruzadas'. Las obras, igual que las del parque de negocios de Viladecans, se iniciarán este mismo año.

'El caso de Barcelona constituye, probablemente, uno de los mejores ejemplos de regeneración urbana que existen', afirma el arquitecto, asesor también del primer ministro británico, Tony Blair, en la transformación de Londres, ciudad en la que destacan dos de sus obras más emblemáticas: la torre Lloyd's de la City y la Cúpula del Milenio. 'Es una ciudad que ha sabido convertirse con éxito de una ciudad industrial en una ciudad residencial y de servicios'. La decisión de asociarse con el estudio de los arquitectos Luis Alonso y Sergio Balaguer viene dada porque sus trabajos, asegura, 'son similares'. A juicio de Alonso, coinciden en una concepción de 'una arquitectura integrada en el entorno y comprometida con la sostenibilidad y la protección medioambiental'. El estudio Alonso y Balaguer ha realizado, entre múltiples edificios de viviendas y casas unifamiliares, el centro comercial Kampió y el colegio Europa en Sant Cugat del Vallès, y el proyecto de reforma en centro deportivo de la antigua fábrica Myrurgia en Barcelona.

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El hotel Hesperia estará listo, asegura Alonso, 'justo antes de la celebración del Fòrum 2004'. Será uno de los nuevos rascacielos que se están proyectando en Barcelona y su área metropolitana, junto a los de Óscar Tusquets, Jean Nouvel y Enric Masip, entre otros, y que despiertan tanta expectación como recelo.

Prudente en sus afirmaciones, Rogers cree que este hotel que se construye en la Gran Via, frente al recinto ferial Montjuïc 2, será una 'gran señal distintiva entre el aeropuerto de El Prat y la ciudad'. En este caso, el arquitecto explica que se decidió construir un edificio de altura porque 'las vistas en esa zona no son muy buenas'. 'Aún', matiza Alonso. A su lado se ha proyectado un edificio bajo con un palacio de congresos y una zona deportiva. Entre los dos, explica Alonso, se construirá un atrio acristalado de 27.000 metros cúbicos.

A juicio de Rogers, autor también del proyecto de la nueva terminal del aeropuerto de Madrid-Barajas, 'los rascacielos no son ni buenos ni malos'. Y matiza: 'Hay dos razones para tener rascacielos y una muy buena razón para no tenerlos. Las primeras son que incrementan la densidad y sirven como símbolo. Pero puedes conseguir estas dos cosas sin construir edificios altos. Tienes que estar muy seguro antes de intervenir en la morfología de un lugar y dejar que los edificios respiren, dejar espacio a su alrededor'. Acerca de la zona de Diagonal Mar, donde se albergará el grueso de actividades del Fòrum 2004, se muestra un tanto escéptico: 'Comparado con el desarrollo de otras zonas en Europa, es bueno, pero quizá no tanto como el que se hizo en la Villa Olímpica. Lo veo más disperso'.

Defensor de la ciudad 'humanista y densa' europea frente a la ciudad repartida en sectores como la norteamericana, Rogers cree firmemente que la integración de las urbes que constituyen el área metropolitana de Barcelona no debe implicar 'la creación de guetos'. 'Una gran ciudad debe compartirlo todo. Debe tener un transporte público fluido y mezclar las zonas de residencia, de ocio y de servicios, mezclar las actividades e incluso las clases sociales'.

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