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Salud plantea salvar el Dos de Maig mediante la autogestión

Empleados del CAP de Castellbisbal se encierran por los recortes

Prosigue la marejada provocada por los recortes de la Generalitat en la sanidad pública catalana: el cierre masivo de centros de atención primaria (CAP) durante el verano ha levantado oleadas de movilizaciones en distintos municipios, mientras que las presiones que ha recibido el Departamento de Salud por anunciar la clausura del histórico hospital Dos de Maig obligaron ayer al Departamento de Salud a dar marcha atrás. Salud admite ahora que podrá mantener el centro si este garantiza su viabilidad mediante la autogestión. Los propios profesionales del hospital deberán presentar un plan de viabilidad y gestionar el presupuesto del centro, señaló Salud.

La autonomía de gestión preconizada por la Generalitat, que proyecta desmantelar el Instituto Catalán de la Salud (ICS) para convertir los ocho hospitales de referencia que agrupa el organismo en empresas diferenciadas, podría servir para mantener el Dos de Maig. El Departamento que dirige el consejero Boi Ruiz ha admitido la propuesta de los trabajadores de que los propios empleados del Consorcio Sanitario Integral (CSI), organismo que agrupa el Dos de Maig, se encarguen de garantizar la viabilidad del centro. "Aún no lo celebramos porque no hay nada seguro, pero al menos hemos abierto una posibilidad para evitar el cierre", señaló un portavoz del comité de empresa del hospital.

"Si hay urgencias, no llegarán a tiempo", avisa el personal de Castellbisbal

Los profesionales deben realizar una propuesta económica y Salud, por su parte, se ha comprometido a estudiar ese plan para determinar si garantiza la continuidad de los servicios que ofrece el centro al tiempo que aplica los recortes que exige la Generalitat.

El Departamento, a su vez, trasladará esta propuesta a la Cruz Roja, propietaria del edificio en que se aloja el hospital. La entidad, por su parte, señaló que ha mantenido su disposición para escuchar las propuestas "desde 2001", detalló en un comunicado. Este matiz responde a las acusaciones formuladas por el consejero de Salud, Boi Ruiz, de que el cierre del Dos de Maig se debe a la negativa de Cruz Roja de vender el edificio a la Generalitat. El CSI, sin embargo, ya había pactado la compra del inmueble por unos 25 millones de euros, pero la operación se frustró tras la llegada de CiU al Gobierno catalán.

La vía de salvación para el Dos de Maig se concreta una semana después del anuncio de cierre del centro, que generó una protesta inmediata de los trabajadores y usuarios en la que también se han volcado los vecinos. Los empleados han organizado una acampada indefinida frente al hospital y una cacerolada diaria en la que participan cientos de ciudadanos que residen en el barrio. La mayoría de establecimientos cercanos a la Sagrada Familia lucen carteles que reclaman mantener el Dos de Maig, lo que se ha convertido en una especie de reivindicación colectiva.

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Las protestas se multiplican también en las pequeñas ciudades y pueblos que se quedarán sin CAP en agosto debido a los recortes. La localidad de Castellbisbal (Vallès Occidental), por ejemplo, pretendía encerrarse ayer en el CAP del municipio en protesta por su cierre. "El centro más próximo queda a media hora de distancia", señaló un portavoz del personal. "Si hay una urgencia... no llegará a tiempo".

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