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Sant Adrià decide conservar las tres chimeneas

La consulta se salda con 2.135 votos a favor por 406 en contra

De una manera rotunda Sant Adrià de Besòs (Barcelonès) ha votado a favor de la conservación de las tres chimeneas de Fecsa, que a partir de 2010 dejarán de funcionar después de que sus instalaciones hayan quedado obsoletas. De las 2.597 personas que se pronunciaron en el referéndum convocado por el Ayuntamiento, 2.135 votaron a favor de mantener las torres en pie (82%); 406, en contra; 18 votaron en blanco y 38 papeletas fueron nulas. Las urnas estuvieron abiertas durante toda la semana y participó el 9,1% del electorado (28.656 adrianenses mayores de 16 años).

"Hemos fomentado el debate sobre el futuro de la ciudad", decía ayer Joan Callau, concejal de Urbanismo, tras el recuento de votos. El hecho de que la central se haya convertido en elemento "emblemático" para la ciudad ha terminado por decantar la balanza a favor del sí. Los ciudadanos desconocían a la hora de manifestarse qué proyectos podrían dar nueva vida a la mole de hormigón en el futuro. Pero los terrenos son tan amplios (65.000 metros cuadrados) que pueden dar cabida a iniciativas diversas. El Ayuntamiento asegura que no hay propuestas en firme todavía. Ahora que conoce el resultado de la consulta y hasta 2010, deberá evaluar distintos proyectos. Siempre bajo la consigna que dio el alcalde, Jesús María Canga, antes de abrir este proceso: la conservación de las chimeneas no debe comprometer los presupuestos del municipio ni los equipamientos que éste tenía proyectados. Es decir "buscar novios", como resumió el alcalde, que financien el mantenimiento de la instalación y propongan un proyecto para la zona que suponga un polo de atracción, no sólo para los vecinos del municipio, sino para los de toda el área metropolitana.

La participación en el referéndum ha alcanzado el 9,1% del censo electoral

Hasta ahora, el municipio tenía firmado un acuerdo con Endesa, el Consejo Comarcal y Banesto (propietario de la fábrica anexa Akzo Nobel) para desarrollar en la zona una reforma urbanística. Sin embargo, desconocía si la transformación debía tener en cuenta las tres chimeneas, que la compañía eléctrica pensaba, en principio, derribar.

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