_
_
_
_
_

Saura antepone la señalización de fosas comunes a la exhumación

La Generalitat ensayó sus criterios en la tumba de Gurb

Antònia Solé, de 82 años, recorría cada día de difuntos los más de 70 kilómetros que separaban su casa, en Gavà (Baix Llobregat), de la fosa común de Gurb (Osona), donde yacía su padre, un soldado republicano muerto en la Guerra Civil. Este año podrá visitarlo en el cementerio de Gavà. Allí, junto su mujer, Joan Solé descansará después de que la Generalitat asumiera su exhumación e identificación. La Dirección de Memoria Democrática presentó ayer el resultado de esta iniciativa, a raíz de la cual ha identificado cuatro de los 13 cuerpos de la fosa de Gurb y que sienta las bases que guiarán futuras actuaciones de la Administración en este asunto. Una de ellas es que las exhumaciones no tienen por qué ser la regla si la señalización ya dignifica la tumba.

El Departamento de Interior, en manos de Joan Saura y responsable del área de memoria, ha dado un paso más allá de lo que marca la Ley de Memoria Histórica del Gobierno central, que establece que las administraciones "facilitarán" la labor a quienes quieren recuperar los restos de sus familiares. La ley que está tramitando el Parlament prevé que sea directamente el Ejecutivo el que se ocupe de esta búsqueda. "En Gurb, por primera vez un poder público ha asumido esta función", aprueba Manuel Perona, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cataluña, que siempre ha reclamado esa responsabilidad a las administraciones.

En Cataluña hay localizadas 179 fosas. En ellas yacen miles de cuerpos. Gurb fue escogido como proyecto piloto porque es un ejemplo de libro de las pautas que se tendrán que seguir.Primero, no cabían dudas de la existencia y ubicación de la fosa. El mismo payés que enterró a los 13 soldados muertos en una escaramuza en la desbandada republicana, en febrero de 1939, indicó meses más tarde su ubicación a los familiares, que mantuvieron el recuerdo con una lápida. Estos familiares pidieron en 2005 la exhumación, que ha costado 60.000 euros.

Que haya una reclamación de las familias es la segunda condición para que la Generalitat estudie si debe exhumar o señalizar la fosa. Actualmente existen 15 peticiones, aseguró la directora de Memoria Democrática, María Jesús Bono, que subrayó que la mayoría pide una señalización del enterramiento, como ya se ha hecho en el cementerio de Cervera y se prevé hacer en el de Tarragona.

"Señalizar y exhumar no es incompatible", critica Emilio Silva, presidente de la ARMH de España, que aboga por levantar todas las fosas: "Un ser humano no puede estar en una fosa común", dice, y recuerda que su organización tiene experiencia, pues ha exhumado ya 182 fosas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_