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La Schaubühne y Steven Berkoff, los platos fuertes

Hoy empieza Sitges Teatre Internacional, un festival que ha ido redefiniéndose en las últimas ediciones para hacerse imprescindible en el panorama escénico catalán. El paso de la dirección artística del festival de manos de Joan Ollé a las de Magda Puyo hace que este año sea de transición. De momento, Sitges continúa con la atención puesta sobre la dramaturgia y sobre un teatro que cabría calificar como experimental, en el que entrarían también las propuestas de danza, como la que presentan Andrés Corchero y Agustí Fernández, A modo de esperanza, primer espectáculo del programa y que se presenta a última hora de esta tarde.

La franja estelar en Sitges es la de los espectáculos que se presentan a las diez de la noche, entre los que se cuentan, hoy mismo, el brutal Cara de Foc, del joven dramaturgo alemán Marius von Mayenburg. El sábado se presenta K.O.S. propuesta de riesgo que es, por la trayectoria de su joven creadora, de por sí interesante. Y el domingo se estrena Paraules en penombra, donde el valenciano Carles Alberola, excelente autor y director, explora el universo de Gonzalo Suárez.

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Pero qué duda cabe que es el domingo por la noche cuando llega uno de los platos fuertes del festival con Disco Pigs, de Enda Walsh, con la compañía berlinesa Schaubühne am Lehniner Platz, dirigida por uno de los jóvenes creadores de más renombre en el actual panorama alemán, Thomas Ostermeier. Otro plato fuerte lo representa, el martes, la llegada de Steven Berkoff con Shakespeare's villains, dirigida e interpretada por el mismo Berkoff.

El teatro con vocación de vanguardia llega el martes con After sun, pieza de Rodrigo García, creador madrileño que acaparó la atención en la pasada edición del festival. Obra también de Rodrigo García, se presenta De vegades em sento tan cansat, que faig aquestes coses, un montaje que él mismo ha dirigido con actores catalanes. Y más vanguardia con Atalaya Teatro y su Exiliadas (Cantata para un siglo).

Con todo, son numerosas las propuestas más pequeñas que resultan, a priori, interesantes. Haciendo un repaso incompleto, está el regreso al teatro de Josep Pere Peyró, uno de nuestros mejores dramaturgos, con Nina, que él mismo dirige. Están los dos montajes sobre obras de Brossa. En cuanto a la danza, Sol Picó presenta su solo Bésame el cactus, y Maria Antònia Oliver, Bobot, a lo que se añade el Cicle Endansa dedicado a jóvenes coreógrafos.

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Pero el festival no agota su propuestas en estos pocos espectáculos reseñados. Hay lecturas, encuentros con dramaturgos y otras actividades.

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