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Crítica:XVI SCHUBERTIADA A VILABERTRAN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Schubert como religión

Cada festival acaba creando, con los años, su propio público de perfil y características únicas e irrepetibles. El de la Schubertiada de Vilabertran más que un público parece una secta secreta, una congregación de fieles de una extraña religión pagana, una reunión de iniciados. Saben que son minoría, que incluso en el ya minoritario mundo de la música clásica, siguen siendo minoría entre las minorías y que, tal como están las cosas, no tienen ningún tipo de futuro.

Para acabar de parecer unos auténticos marcianos, los hermanos en Schubert de Vilabertran se han comprometido con Matthias Goerne, el gran barítono alemán, a presentar la integral de los Lieder de Franz Schubert, un proyecto que en el mundo efímero de las operaciones triunfo en el que todo pasa de moda en menos de un año, se antoja una locura, pues, a razón de dos conciertos por año, el proyecto ocupará bastante más de una década.

MATTHIAS GOERNE, BARÍTONO

Helmut Deutsch, piano. Lieder de Schubert. XVI Schubertiada en Vilabertran. Iglesia de Santa María de Vilabertran, 21 de agosto.

Los schubertianos abarrotaron la iglesia de Vilabertran para asistir a un concierto más, el tercero, de esta integral que ya empezó el año pasado; en él, Goerne, acompañado al piano por Helmut Deutsch, uno de los grandes especialistas en acompañamiento de Lieder, presentó una hábil mezcla de canciones poco conocidas y algunos de los grandes títulos del compositor.

Goerne, que está en un punto óptimo de madurez y pletórico de forma, que penetra en el sentido profundo del texto y, a partir de ello, introduce sutiles matices en el canto, ofreció un recital memorable, inolvidable. Una sesión que permanecerá durante años en la memoria de los que tuvimos la suerte de asistir a ella.

En el intermedio un schubertiano antiguo, un hombre que ha escuchado a los mejores de la especialidad de las últimas tres décadas, afirmaba emocionado que nunca en su vida había escuchado cantar Litanei auf das Fest aller Seelen D. 343 (Letanías para el día de difuntos) de un modo tan sobrecogedor y una amiga le confesaba a su esposo, después de haber escuchado esta misma canción, que acababa de decidir que ésta fuera la música que tenía que sonar en su entierro. Tal fue el nivel inefable que alcanzó la prodigiosa interpretación de Matthias Goerne, el mejor intérprete masculino de Lied schubertiano que hoy circula por los escenarios.

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