Sobrevivió al vecinito

Hay canciones que matan, éxitos tan descomunales que bien ocultan las demás composiciones de un artista, bien demuestran que sólo una vez se tocó el cielo de la canción estupenda. Suzanne Vega tuvo un tema de estas características, se llamó Luka y 20 años después ha sobrevivido a la canción del vecinito del segundo maltratado por la vida. Suzanne Vega da para más de una o dos canciones afortunadas, como demostró la otra noche en un Palau de la Música prácticamente lleno que oyó, casi al final, la famosa Luka, así como Tom's dinners. Sonaron, pero el concierto hubiese sido igual de atractivo sin ellas.

Pálida y comunicativa en escena, Vega supo engarzar un recital de ida y vuelta entre pasado y presente en el que destacaron, más incluso que las canciones, la forma de arreglarlas y retomarlas para el directo. Con bajo y batería como único apoyo, estructuró un repertorio en el que en buena parte ella tocó la guitarra. De esta forma, el concierto, por lo general plácido y recogido, fue calando poco a poco, por adición, como la fina lluvia. Vega no es una artista de ritmo, sino más bien de voz, voz e historias que explicaba antes de cada tema y que espolvoreó en una noche sin estridencias.