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TMB reducirá buses en 45 líneas por la pérdida de usuarios

El servicio registra el 5% menos de pasajeros desde finales de 2007

El autobús público dispone cada vez de más asientos libres. Alrededor del 5%, comunicó ayer la compañía TMB, que el 15 de septiembre reducirá la flota de vehículos para ajustarla a la caída de la demanda registrada desde finales de 2007. El recorte afectará a 45 líneas de las 108 totales, que serán cubiertas con el 15% menos de vehículos según los sindicatos. TMB no confirmó este porcentaje pero aseguró ayer que la frecuencia de paso del servicio no quedará afectada. "Será un recorte menor comparado con los 900 buses que circulan", alegó un portavoz de la compañía. CC OO denunció el martes este ajuste ante la Inspección de Trabajo por entender que viola las normas del convenio.

La reducción de pasajeros se debe al éxito de otros medios de transporte públicos, asegura TMB. La proliferación del Bicing, la consolidación del tranvía y la propagación del metro dejan al autobús como último recurso sobre todo los fines de semana, cuando se registra la mayor caída en el número de pasajeros. La empresa estima que la crisis económica también ha reducido los desplazamientos de los ciudadanos, en constante ascenso hasta 2007. "La perspectiva es que el uso del bus no crecerá mucho en el futuro. Más bien al contrario", precisa la empresa.

El ajuste culmina un cambio de tendencia que se fraguó entre 2005 y 2007. En ese periodo se estancó el crecimiento de pasajeros al tiempo que aumentó la circulación de autobuses (el 12%) y de chóferes en plantilla (14%). La menor demanda ha obligado a reducir el número de vehículos en circulación y, señalan los sindicatos, hará lo mismo con los conductores en plantilla.

TMB no ha hablado de despidos pero los recortes han reabierto rencillas entre la empresa y los trabajadores. Una veintena de sindicalistas abuchearon ayer al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y a directivos de la compañía. Éstos acudieron a las cocheras de Horta para presentar 52 autobuses diésel, menos contaminantes y que relevarán a los vehículos más viejos. Los empleados, los mismos que alentaron las huelgas de principios de año para reclamar dos días de fiesta consecutivos, les hicieron la jornada imposible con sus protestas por la reducción del servicio. Hereu trató de responder a los reproches pero sólo obtuvo burlas. "Blindaremos el transporte público ante la crisis", apuró Hereu entre silbidos, "pero la demanda es cada vez menor".

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