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El Teatre Nacional llena como nunca, pero pierde espectadores

Jacinto Antón

Suena a paradoja, pero es así: el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) ha llenado sus salas como nunca en sus 15 años de existencia, alcanzando un porcentaje de ocupación del 79,44%, pero a la vez ha perdido espectadores, de los 171.960 de la temporada 2009-10 a los 143.787 de la que acaba de terminar. La explicación está en que la crisis obliga a producir y programar menos, y la oferta de butacas es menor. Aunque se llene todo, pues, hay menos público.

El director artístico del TNC, Sergi Belbel, se felicitó ayer al hacer balance de la temporada del récord en el porcentaje de ocupación y lo otro se lo tomó con filosofía. En época de vacas flacas, vino a decir, ya podemos darnos con un canto en los dientes por lo que tenemos. El presupuesto de 2019 fue de 16.081.767,87 euros y el de 2011 es de 13.073.540,32, lo que significa tres millones de euros de diferencia, un 18,71% menos. La temporada 2009-10 se presentaron 22 espectáculos, esta han sido 18 (y 422 funciones) y la que viene, de la que se ofreció ayer un adelanto, constará de 14 o 15.

"Trabajamos con dificultades", señaló ayer Belbel, "pero nuestra obsesión es que no baje el listón de la calidad. Y la prueba de que lo conseguimos es que, pese a que se reduce forzosamente la actividad, hemos tenido el índice de ocupación más alto de la historia del TNC".

Belbel, claro, no dijo que el número de espectadores es el tercero más bajo de la historia del Nacional y que hay que remontarse a la temporada 1998-99 para encontrarse con menos (114.192). Es cierto que si se suma el público obtenido fuera del TNC por sus espectáculos en gira se alcanzan los 179.711 espectadores, pero baja la ocupación al 74,72%.

Redomado optimista, Belbel señaló otros datos excelentes. El ciclo Projecte T6, de nueva creación, que apuesta por la dramaturgia catalana contemporánea, logró un 92% de ocupación (y 8.234 espectadores). Varios espectáculos del TNC han consegiuido casi la ocupación plena y han dejado gente en la calle. El caso principal es el de Agost, dirigida por el propio Belbel: 92,16% de ocupación y 39.721 espectadores. Destaca que el polémico montaje Gang bang, ambientado en la visita del Papa a Barcelona, tuvo un 94,68% de ocupación (3.043 espectadores). Copenhaguen logró un 96,81% (7.468).

La próxima temporada arrancará el 29 de septiembre en la Sala Petita con Una vella, coneguda olor, de Benet i Jornet, montada por Belbel. En la Sala Gran se levantará el telón el 5 de octubre con una versión escénica de El comte Arnau, de Maragall, dirigida por Hermann Bonnin; es la gran apuesta de la temporada. Otros espectáculos programados son Raoul, el regreso de James Thiérrée, nieto de Charles Chaplin; el musical El crim de Lord Arthur Savile, de Egos Teatre, y Canigó, de Verdaguer, por Lluís Soler.

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A la pregunta de cómo lo hace el Lliure para, con menos presupuesto, ofrecer el doble de espectáculos, Belbel respondió: "Muchos son recitales de poemas y hay mucha coproducción".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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