Tenso aniversario de la muerte de cinco bomberos en Horta

Sentidos, pero casi enfrentados entre sí, los homenajes se multiplicaron ayer en el primer aniversario de la muerte de cinco bomberos cercados por las llamas en Horta de Sant Joan (Terra Alta). Las sirenas de los parques de bomberos catalanes recordaron al unísono a los fallecidos y la Generalitat organizó dos actos -en Lleida y en Horta- presididos por el consejero de Interior, Joan Saura. A ninguno de estos acudió un solo pariente de los fallecidos, tampoco los sindicatos, y estuvieron presentes apenas media docena de bomberos de base en ambas convocatorias. Familiares y compañeros de las víctimas organizaron misas íntimas en sus respectivas localidades. Ninguno escondió que el plantón debe interpretarse como un rechazo frontal a la actuación de Interior durante el último año.

"No iremos a ponerles cara bonita a los políticos que nos ocultan la verdad", explicó airada Susana Puscas, viuda de uno de los caídos en Horta. "Esconden los hechos para conservar su puesto", añadió Dolors Espinet, hermana de otro fallecido. El resto de los parientes consultados incluso confiaron en que responsables de Interior acaben imputados en la causa que instruye la juez de Gandesa para dilucidar si hubo fallos en la operación.

La Generalitat ha rechazado que se cometieran errores durante la extinción del incendio, pero la jornada de ayer evidenció que algo se ha hecho mal en la gestión posterior al suceso. Así pareció entenderlo Saura, que lanzó medidos mensajes conciliadores en ambos actos. "La sociedad os admira y os necesita", subrayó dirigiéndose al cuerpo. "La Generalitat siempre estará a vuestro lado", añadió.

Las familias y los sindicatos señalan que Interior prefiere lavarse las manos y no forzar dimisiones, con el argumento de que las muertes se debieron a factores "extremos e imprevisibles".