_
_
_
_
_

La UAB construye un huerto espacial para dar alimentos y oxígeno a los astronautas

El proyecto se basa en reciclar los residuos orgánicos de los navegantes

Las misiones espaciales tripuladas de larga duración son actualmente inviables, en parte, por la necesidad de acarrear grandes cantidades de alimentos y oxígeno. Por ejemplo, para un viaje a Marte de unos 1.000 días de duración, haría falta una carga mínima de 30 toneladas de víveres y oxígeno. Para solventar este grave problema, se ha puesto en marcha, en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) la planta piloto Melissa, que recrea un ecosistema artificial que permite generar oxígeno, agua y alimentos vegetales a partir del reciclaje de los residuos orgánicos, la orina, las heces y el CO2 producidos por la tripulación de una nave espacial.

Melissa, siglas en inglés de Sistema Alternativo de Soporte Microbiológico, es la única instalación de estas características que existe en Europa y fue inaugurada ayer por el director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jean-Jacques Dordain, y por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.

La prueba se realiza con 40 ratas; en el futuro se hará con personas

La planta piloto se compone de cuatro procesos diferentes, formados por cuatro biorreactores que funcionan como un circuito cerrado. En los dos primeros, los residuos orgánicos se descomponen en formas elementales, como el CO2, el amoniaco o los ácidos grasos volátiles. En el tercero, se convierte el amoniaco en nitratos, que serán utilizados como alimento para las plantas, que se cultivan en la cuarta fase. En este último paso, se ha recreado el ecosistema de un lago, donde crecen algas y vegetales, como las lechugas. Ellas se encargan de recoger el CO2 y convertirlo en oxígeno, de limpiar el agua de nitratos y son, al mismo tiempo, alimento para la tripulación. De esta forma, el círculo se cierra y se reinicia el proceso de recuperación y reciclaje.

En la prueba piloto, que se está realizando en la Escuela de Ingeniería de la UAB, actualmente se utilizan 40 ratas, el equivalente a una persona tanto en el consumo de oxígeno como en la producción de CO2. Está previsto que en un futuro se construyan unas instalaciones más grandes donde se pueda experimentar con personas, aunque su ubicación aún está por definir.

El objetivo final del proyecto Melissa es demostrar que este sistema de obtención de oxígeno y alimentos es viable. Entonces, se llevará a cabo la construcción del prototipo espacial, hecho con materiales mucho más pequeños y ligeros que los que actualmente usan en la Autónoma de Barcelona.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Melissa es un proyecto de la Unión Europea y de Canadá, coordinado por la Agencia Espacial Europea y que nació en 1989. La planta piloto de la UAB se comenzó a construir en 1995.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_