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Reportaje:

La Universidad no sabe de cunas pero...

El 70% de universitarios son de familias sin estudios superiores, pero las diferencias se fraguan en la secundaria

La Universidad suele ser una vía o un ascensor para subir en la jerarquía social. Y este ascensor está funcionando en Cataluña. El 70,7% de los alumnos que se gradúan en las universidades públicas son de familias cuyos padres no tienen estudios universitarios. Incluso cuatro de cada 10 graduados tienen progenitores con estudios primarios o inferiores a ese nivel. Los datos son de un estudio de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña, la AQU, en sus siglas en catalán.

En las llamadas universidades territoriales -las de Lleida, Girona y la Rovira i Virgili, que empezaron a crecer a principios de la década de 1990-, pero también en la Universidad de Barcelona, los alumnos de familias con estudios primarios son más que la media: el 46% en la de Girona; el 44%, en la Rovira i Virgili, y el 42% las de Lleida y Barcelona, dice el estudio que han elaborado Jordi Planas y Sandra Fachelli, investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona. El trabajo se basa en 10.000 entrevistas a universitarios hechas en enero de 2008, que se habían graduado cuatro años antes. El problema de la equidad educativa "no está en la Universidad, sino en los niveles anteriores", afirma el presidente de la AQU, Joaquim Prats.

En los 17 años que median entre la entrada de un alumno en primaria (a los seis años) y su salida de la Universidad (a los 22-23), el ascensor social no está averiado en los últimos cuatro años. Pero la equidad flaquea bastante más abajo, (a partir del final de la secundaria, ya que el 30% no logra este título). También hay problemas en el bachillerato y en la formación profesional de grado medio, en las que cuatro de cada 10 alumnos no acaban. El fracaso escolar que se produce antes de la Universidad castiga más a los alumnos de nivel socioeconómico más bajo. Hay estudios de la Generalitat y de la Fundación Bofill que coinciden en que el grado socioeconómico de las familias incide en los resultados, es decir, que, a menor nivel, más fracaso escolar.

Contrariamente a lo que pasa en la secundaria, la extracción familiar tampoco incide en los resultados de los universitarios. La nota media de acceso a la Universidad para los hijos de familias con estudios primarios y secundarios es de 6,7 y para las que tienen progenitores con estudios superiores es de 6,9. Y la media del expediente académico es de notable para todos los grupos.

Las diferencias entre los empleos de los universitarios y los de sus progenitores, varían, aunque no mucho, según el nivel socioeconómico familiar. Las variaciones son mayores por sexos. Los progenitores que son directivos tienen el 44,4% de los hijos varones directivos y el 32,9% de las hijas ocupando este tipo de puestos. Los trabajadores por cuenta propia sin estudios universitarios tienen el 34,8% de hijos directivos. Los no cualificados, el 32,4%. Si son hijas de empleados sin estudios universitarios o no cualificados, los porcentajes caen al 27% y 28,1%, respectivamente.

El estudio revela que lo que más valoran los universitarios es la utilidad para solucionar problemas y trabajar en equipo. Lo que menos, los idiomas y el liderazgo. Cuando se hizo el sondeo, (enero de 2008) había casi pleno empleo y la tasa de paro de los universitarios era del 3,1%, casi un tercio de la tasa media. Hoy, con la tasa de paro general al 18%, la proporción de menos paro de los universitarios se mantiene.

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