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Reportaje:

Vecinas en pie de guerra

Un colectivo denuncia con pintadas los "abusos" del poder en Lloret de Mar

Son un colectivo de nueva creación en Lloret de Mar, meca turística de la Costa Brava sur. Se definen como una organización apolítica, "de desobediencia civil y acción directa no violenta", y están dispuestas a no dejar títere con cabeza a la hora de denunciar los "abusos de poder" que, a su juicio, se han llevado a cabo en el municipio, sobre todo en los ámbitos urbanístico, turístico y medioambiental. Para ilustrar su malestar, se hacen llamar Veïnes emprenyades y han acuñado un logotipo de reminiscencia masónica: un ojo que todo lo ve.

Es la única pista sobre la identidad del colectivo, que prefiere mantenerse en el anonimato para proteger su "integridad física, ideológica y operativa". Veïnes emprenyades debutó en público el pasado 24 de julio durante la festividad de Santa Cristina, patrona de Lloret de Mar. El estreno consistió en una serie de pintadas en una finca situada en la playa de Santa Cristina, un paraje casi virgen en el que se alza una pequeña ermita en honor a la santa: un ojo acompañado de la frase "os vigilamos". Un mensaje dirigido al "gobierno, la oposición, las instituciones, empresarios y particulares relevantes", a los que se propone "vigilar y combatir mediante acciones públicas de denuncia". El colectivo también se propone proteger los "derechos de las minorías y la opinión de asociaciones culturales, solidarias, educativas y medioambientales" que, según su punto de vista, "son víctimas de las gestiones políticas". El alcalde de Lloret, el convergente Xavier Crespo, asegura que no da "ninguna importancia" a las acciones de la nueva entidad.

Esta semana han vuelto a aparecer pintadas, en esta ocasión contra dos establecimientos situados en las inmediaciones de la playa de Santa Cristina. La asociación asegura que ambos establecimientos hacen "competencia desleal" a un negocio de alquiler de tumbonas y parasoles. Las vecinas realizaron el pasado martes las pintadas, en las que se podía leer la palabra ladrones en cuatro idiomas, por considerar que los establecimientos han obligado a cerrar el negocio a una mujer que llevaba más de 25 años alquilando sombrillas y hamacas en la playa. El propietario de los apartamentos, Albert Batlle, rechaza de pleno las acusaciones. "Es absolutamente falso y ridículo", igual que afirma el propietario del hotel.

La aparición de las Veïnes ha generado división de opiniones en Lloret de Mar, donde operan otros grupos como SOS Lloret, centrado en las denuncias urbanísticas. Hay quien celebra la irrupción del activismo clandestino, mientras que ya se han alzado las primeras quejas contra la "suciedad" de las pintadas.

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