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Versos como dardos

Un combate de glosadores inaugura Barcelona Poesia

La 12ª edición de Barcelona Poesia ofrecerá casi un centenar de recitales a lo largo de los próximos días y se cerrará con una nueva edición del Festival Internacional de Poesia en el Palau de la Música el día 21 de mayo.

El programa de la semana de poesía, que se puede consultar en Internet (www.bcn.cat/cultura/barcelonapoesia), reunirá este año a poetas, rapsodas, músicos, bailarines y glosadores.

El poeta mallorquín Josep Lluís Aguiló gana los Jocs Florals con 'Llunari'

Justamente el combate de glosadores baleares entusiasmó ayer al público que llenaba el Museo Marès. En Mallorca y Menorca la tradición de los combates de glosadores se remonta a tiempos inmemoriales y se han convertido en los últimos 10 años en un fenómeno que se encuentra documentado incluso en Youtube. El glossat es el arte de la improvisación.

En estas justas poéticas no hay vencedores ni vencidos, ni se dan medallas ni trofeos, aunque la dialéctica entre ellos es feroz y divertida. Las tonadas que cantan los glosadores mallorquines para acompañar sus versos recuerdan la saeta andaluza y el cante jondo. "La poesía oral improvisada es de origen árabe. En el fondo, el flamenco gitano y el glosador mallorquín beben de la misma fuente", explica Mateu Xurí, uno de los talentos de la nueva generación de jóvenes glosadores mallorquines que han renovado con nueva savia esta tradición.

Para el glosador, la tonadilla tiene dos funciones. Una es estética, otra es dar al glosador tiempo para improvisar, graduar la velocidad de su elocución según la facilidad con que las rimas se avengan con lo que quiere decir. Si en Mallorca los glosadores cantan sin acompañamiento musical, los menorquines cantan sa porguera, una melodía más suave, al son de una guitarra. Esteve Barceló, alias Verderol, es hoy, a los 66 años, uno de los glosadores menorquines más viejos. Ayer, acompañado de una guitarra, divirtió al respetable con sus ingeniosas improvisaciones, más gentiles que las de los glosadores mallorquines. Tocado con sombrero y con un bastón en la mano, Verderol llegó a cantar una porguera para pedir a una joven de la primera fila que se levantara y le diera dos besos. Éxito total. La glosa sirve también para ligar. La poesía mallorquina vive un momento pletórico.

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Ayer mismo se dio a conocer el ganador de la Flor Natural de los Jocs Florals de Barcelona 2008, que este año ha ganado el poeta mallorquín Josep Lluís Aguiló (Manacor, 1968) con el poemario Llunari. El jurado, compuesto por los mantenedores Lluís Solà, Isidor Cònsul, Andreu Gomila, Gaspar Jaén y Susanna Rafart, ha decidido conceder el premio por unanimidad a Aguiló, que con su libro anterior, Monstres (2005), ya obtuvo el Premi Ciutat de Palma Joan Alcover y el Premio Nacional de la Crítica.

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