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El acceso a motos sin examen dispara los accidentes

El 40% de los accidentados conducían sobre dos ruedas con el carnet de coche

Cerca de 10.000 accidentes de tráfico se cobraron la vida de 31 personas el año pasado en Barcelona. La mayoría de las víctimas (21) conducían sobre dos ruedas. Aunque la siniestralidad de las motos descendió ligeramente en 2008, los conductores de este tipo de vehículos siguen siendo los más vulnerables en la carretera. Especialmente desde 2004, cuando el Gobierno aprobó la ley que permite llevar una motocicleta de hasta 125 centímetros cúbicos a los titulares de un permiso de conducción de clase B (turismos) con una antigüedad superior a tres años. Un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona y publicado en la revista de la Organización Mundial de la Salud demuestra que, a raíz de esta norma, y aunque cada año circulan más motos por la ciudad, el número de heridos sobre dos ruedas en Barcelona ha aumentado un 46%.

"Pasamos de una media de 105 lesionados mensuales a 154", explica Catherine Pérez, la investigadora principal, que añade que el número de motoristas hospitalizados en Barcelona se incrementó un 87,5% entre 2003 (312) y 2006 (585).Por todo ello, su estudio señala la conveniencia de "superar un examen específico [práctico] que actúe como filtro de acceso a las motos". Antes, ese filtro era la prueba para obtener el permiso A1, la única manera que había de conducir motocicletas ligeras (de entre 51 y 125cc. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero puso las motos al alcance de más usuarios para mejorar la fluidez del tráfico y reducir los coches que circulan ocupados sólo por una persona. Pero al otro lado de estos objetivos centrados en la movilidad y el medio ambiente están los datos de la Dirección General de Tráfico: entre 2003 y 2008 el número de motoristas fallecidos en España aumentó el 33%.

Antes de que la ley entrara en vigor, asegura Pérez, "el número de lesionados mostraba una ligera tendencia al descenso". La norma cambió el rumbo de las estadísticas. En Barcelona, desde 2005 los siniestros de moto no hicieron más que crecer. De 3.724 pasaron a 4.575 en 2007. Aunque es cierto que hace un año hubo menos accidentes, prácticamente cuatro de cada 10 lesionados conducían su moto sólo con tres años de antigüedad del carnet de coche.

El Consistorio esbozó en 2005 los primeros trazos de un proyecto para formar a los motoristas que se subían a una moto de 125cc sin examen previo. En colaboración con la Asociación Nacional del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), que agrupa a 51 fabricantes de motos, el Ayuntamiento repartió un folleto con un DVD informativo de buenas prácticas entre todas las personas que matriculaban una moto ligera. Además ofrecía un curso de formación gratuito en el circuito del Sot del Migdia, en Montjuïc. Pero fue una prueba piloto y en 2006 dejó de funcionar. Aun así, el área de Movilidad considera "positiva" la experiencia y tiene previsto seguir trabajando en esa línea para "mejorar la organización y la oferta de cursos".

Otra manera de prevenir accidentes es evitar situaciones de riesgo. Además de limitar la velocidad máxima en la ciudad a 30 kilómetros por hora, una de las medidas que está poniendo en marcha el Ayuntamiento de Barcelona es la posición avanzada de moto. Si las motocicletas se paran en una zona estratégica, detrás del paso de cebra y antes de los coches (donde peatones y turismos las ven perfectamente), se reduce el riesgo de choque cuando el semáforo se pone en verde. El sistema se ha aplicado en los cruces de las calles de Aragó con Vilamarí, Ganduxer con Bonanova, Balmes con Gran Via y Gran Via con Pau Claris. Antes de que termine el año se instalará en otros 34 puntos de la ciudad.

Este mecanismo se suma al del foto-rojo, las cámaras que graban un vehículo cuando se salta un semáforo en rojo. Ahora también detectan movimientos de riesgo y malas prácticas, por ejemplo arrancar antes de tiempo o invadir el paso de cebra. Para evaluar estas medidas y estudiar otras nuevas, Barcelona forma parte -junto con Londres, París y Roma- del European Safer Urban Motorcycling, una iniciativa de colaboración entre la industria y las autoridades de las principales ciudades europeas en usuarios de motocicleta.

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El casco salva 286 vidas en 15 años

Desde 1992 es obligatorio utilizar el casco de seguridad en todos los vehículos de dos ruedas. Gracias a esta norma, en Barcelona se han evitado 286 muertes por accidente de moto, según un estudio de la Agencia de Salud Pública que ha contabilizado las víctimas en vía urbana y carretera hasta 2007. La Dirección de Servicios de Movilidad del Ayuntamiento asegura que el 98% de los motoristas llevan casco regularmente, pero no sucede lo mismo en todas las ciudades españolas. Mientras que Cataluña y la Comunidad de Madrid se sitúan a la cabeza en el uso del casco, Andalucía, Extremadura y Murcia son las regiones menos concienciadas. De hecho, en algunos municipios del sur sólo lo utilizan el 43% de los motoristas, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Para poner fin a la desobediencia en estas zonas, el Ministerio del Interior puso en marcha este año una campaña de vigilancia y control del uso del casco. La Policía Local imponía a los infractores una multa de 150 euros.

Las cifras hacen saltar las alarmas: tres de cada cuatro motoristas fallecen como consecuencia de heridas en la cabeza, según Interior, que advierte de que con el uso del casco desciende la severidad de las lesiones el 72% y se reduce el 39% la probabilidad de muerte.

El casco protege contra las fracturas craneales y actúa expandiendo la energía que recibe la cabeza en el impacto, por lo que no usarlo multiplica por tres el riesgo de que el conductor sufra una lesión cerebral. Pero llevarlo no es suficiente, además debe utilizarse correctamente. La Guardia Urbana de Barcelona controla ahora que los motoristas lo lleven bien atado.

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