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'El acosador moral suele tener un montón de 'cadáveres' en el armario'

Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y pionero en la investigación del mobbing o acoso laboral en España, es autor del primer libro sobre el problema, Mobbing o cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo, y autor del barómetro Cisneros, según el cual el 15% de la población laboral española padece hostigamiento en el trabajo, y teme que estas cifras se incrementen con un mayor conocimiento del problema. Piñuel ha participado recientemente en un debate en la Universidad Rovira i Virgili, pionera en el establecimiento de un protocolo antimobbing, en una jornada sobre el acoso laboral.

Pregunta. El trabajo se ha visto como un castigo divino, en el que el sufrimiento sería casi normal.

'El 81% de las víctimas de acoso moral desconocen la situación que padecen'
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Respuesta. No se puede admitir de ninguna manera el acoso deliberado, continuado, arbitrario y gratuito, que es el mobbing. Además, las modernas teorías de management hablan del trabajo como fuente de desarrollo humano.

P. Usted explica que las víctimas de mobbing ignoran qué sucede.

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R. El 81% de las personas consultadas en el barómetro que padecían mobbing desconocían el problema. Las víctimas creen que han hecho algo mal en el trabajo, hacen un examen continuo de conciencia hasta que llega el daño psicológico, la quiebra de su resistencia psicológica, y se sienten culpables de los ataques.

P. ¿Qué daños puede llegar a provocar el acoso continuado?

R. Depresión, estrés pos-traumático, cardiopatías, ansiedad, trastornos del sueño y hasta algún tipo de cáncer. Se ha comprobado que en una persona sometida a estrés prolongado disminuyen los niveles de las células asesinas, encargadas de acabar con los tumores. Pero además se producen rupturas con la familia. Y uno de cada cinco suicidios tiene motivaciones laborales. Según datos del barómetro, 100.000 personas en España piensan diariamiente en el suicidio.

P. Es una situación muy sórdida. Usted describe a la víctima sola, a los compañeros de trabajo callados o incluso cómplices y a los agresores como psicópatas organizacionales o narcisistas.

R. Los agresores saben lo que están haciendo, son expertos en manipular, en detectar los puntos flacos de los compañeros, son seductores y mentirosos compulsivos. Tienen una alteración de la norma moral, hacen suyo aquello de que el fin justifica los medios.

P. ¿Serían ellos los que necesitarían tratamiento psicológico?

R. Cuando se les acusa de ser hostigadores, lo niegan, mienten y se presentan ellos como víctimas de sus víctimas. Tienen una imagen pública consolidada y logran convencer a los que les rodean. Forman unanimidad persecutoria en el entorno laboral. Y si buscas en su pasado, encuentras un montón de cadáveres en el armario. Han sido, son y serán hostigadores, igual que los serial killers matan de nuevo en cuanto pueden.

P. ¿Por eso se recomienda que la víctima se enfrente a ellos con calma?

R. Hablamos de afrontamiento, no de enfrentamiento, sin violencia. El acosador espera la violencia para convertir a la víctima en alguien con problemas psicológicos, en un histérico. Y la víctima, para poder afrontar al acosador, requiere tratamiento psicológico previo, reconstrucción de la autoestima.

P. ¿Cuáles son las principales víctimas en nuestro país?

R. Los jóvenes son el principal sector debido a la precariedad laboral, que causa indefensión, seguidos por las mujeres de entre 40 y 49 años, muchas de ellas solas y con una familia que mantener. Y se genera principalmente en la administración pública, en la educación, en la sanidad, los medios de comunicación, partidos políticos o sindicatos.

P. ¿Qué debe hacer una persona que se considera víctima?

R. Ser consciente del problema, formarse, rechazar la inculpación, buscar apoyo psicológico y padrinos, compañeros en la propia empresa o de anteriores empresas. Tratar de buscar documentación probatoria del mobbing para la vía judicial: los acosadores dejan rastro. E informar al responsable de salud laboral de la empresa.

P. ¿Se podría decir que mantenemos unas relaciones laborales perjudiciales?

R. Los contratos precarios aumentan la vulnerabilidad del trabajador. Y los trabajos en los que se fomenta una alta competitividad entre compañeros son también factor de mobbing.

P. ¿Es necesaria una legislación concreta sobre acoso laboral?

R. Hay diferentes teorías. En Francia los grupos que la solicitaron ahora pretenden retirarla. A veces la excesiva concreción de la ley puede ser contraproducente. En España el legislativo está obligado a actuar desde junio de 2001 por una resolución unánime del Senado. Pero también hay teóricos que entienden que no es necesario, que el acoso psicológico laboral se puede penalizar por vulneración del acta de protección de los derechos fundamentales.

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