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Las administraciones atajan la crisis del Palau nombrando a un director

Joan Llinares, ex gerente del MNAC, simplificará el organigrama del auditorio

Las administraciones no han tardado ni una semana en atajar la crisis del Palau de la Música abierta por la intervención de los Mossos d'Esquadra por orden judicial por presunto desvío de 2,29 millones de euros. La Generalitat, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Barcelona y el Orfeó Català quisieron ayer transmitir que "la normalidad ha vuelto al Palau" y en una reunión extraordinaria del comité ejecutivo del consorcio que rige la entidad nombraron a Joan Llinares (Alzira, Valencia, 1953), hasta hace tres semanas gerente del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), director ejecutivo del consorcio.

La misión de Llinares será que el Palau de la Música siga funcionando con normalidad, algo que el presidente de la Generalitat, José Montilla, confía en que así sea y no afecte a la programación de la entidad, según manifestó ayer. Llinares también tiene el encargo de diseñar una nueva estructura organizativa y jurídica que simplifique la complejidad de órganos de gobierno que hoy conviven en el auditorio. A este encargo se une el que ha recibido de Mariona Carulla, la nueva presidenta del Orfeó Català en sustitución de Fèlix Millet, que dimitió de sus cargos el pasado lunes. Carulla le ha pedido que asuma también y de forma inmediata la dirección ejecutiva de la Fundación del Palau y de la entidad coral, cargos que deberán ratificar los órganos de gobierno de ambas entidades.

Llinares será el único responsable ejecutivo del Palau, el Orfeó y la fundación
El mandato será temporal, hasta completar el nuevo esquema jurídico

En septiembre se convocarán sendas reuniones de la junta del Orfeó y el patronato de la fundación para aprobar el nombramiento. El cargo de director ejecutivo estará por encima del de la actual directora de la fundación, Rosa Garicano, quien, junto con Jordi Montull, director administrativo del consorcio y la fundación -el 1 de septiembre se jubila, anunció ayer Carulla-, ha sido la mano derecha de Millet.

La reunión de las administraciones se celebró en el Palau de Música sin Fèlix Millet por primera vez en la historia del consorcio, creado en 1983. Millet perdió el lunes, con su dimisión como presidente del Orfeó Català, la presidencia del comité ejecutivo del consorcio y la vicepresidencia de su patronato, cargos que por estatutos van unidos y a los que Millet sumaba el de gerente.

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"No quiero ser una presidenta ejecutiva", dijo tajante Carulla en la presentación a los medios de comunicación de los acuerdos del consorcio. Y añadió: "No he pedido presidir el Orfeó Català, ni la fundación del Palau, ni el comité ejecutivo de consorcio. Me tuvieron que presionar para que aceptara y lo único que me calmó es que es sólo temporal".

El nombramiento de Llinares también es temporal. El ex gerente del MNAC se había tomado un periodo sabático que ayer aceptó interrumpir cuando las administraciones le llamaron para que se hiciera cargo del Palau. La única condición que puso para aceptar fue que abandonaría el cargo tras cumplir el encargo de crear una nueva estructura jurídica para el auditorio. Licenciado en Derecho, su formación incluye además diversos masters en gestión cultural. Es funcionario en excedencia del Cuerpo Nacional de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local y en 1988 se incorporó al equipo fundacional del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), del que fue administrador entre 1995 y 2001, cuando se incorporó al MNAC.

Por otra parte, Agrupació Mútua, entidad de la que Millet dimitió también el pasado lunes como presidente, atraviesa asimismo dificultades. La Dirección General de Seguros, dependiente del Ministerio de Economía, ha iniciado una inspección para aclarar el impacto que han tenido en la mutua las pérdidas de AMCI Habitat, promotora inmobiliaria participada en un 70% por la entidad, informa Amanda Mars. Agrupació Mútua cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas oficiales de 13,5 millones de euros, si bien la auditora BDO cuestionó el pasado mes de junio estos resultados e instó a la entidad a dotar provisiones por 60 millones más para cubrir el riesgo asociado a AMCI Habitat, según publicó ayer el diario Avui y confirmaron fuentes de la entidad.Con el nombramiento de Joan Llinares como director ejecutivo del consorcio se desdoblan por primera vez en la historia del consorcio del Palau de la Música los cargos de presidente del comité ejecutivo, ahora en manos de Mariona Carulla, y de gerente que desempeñaba Fèlix Millet. Este hecho ya fue precisamente destacado como anómalo por la Sindicatura de Cuentas de Cataluña en un informe hecho público en 2002 sobre la gestión del consorcio del Palau realizada dos años antes en el que se indicaba que no cumplía los estatutos de la entidad, que prevén la separación de funciones.

En la retahíla de anomalías, el informe detectaba, por ejemplo, gastos y pagos realizados por el consorcio que no habían sido autorizados por el patronato. Además en estos gastos no constaba la descripción de los servicios realizados, explicación que se reducía a frases ambiguas como "control de grabaciones, coordinación de obras y asesoramiento", "atención a visitas especiales, cooperación medios de comunicación, reuniones y comidas, campaña promoción, obras ampliación" o "incidencias conciertos, atención VIP, coordinación de artistas".

También se detectaron irregularidades en las mensualidades del personal de la sala del Palau cuando incluían horas extras que no eran computadas como tales, por lo que no se les aplicaban las cotizaciones a la Seguridad Social o las retenciones de Hacienda.

Más preocupante era el aviso de que el proceso contable del Orfeó Català era "excesivamente complejo". Y en ese contexto alertaba sobre la falta de un inventario sobre el inmovilizado material propio, la falta de una memoria explicativa en las cuentas anuales y una misteriosa diferencia de 31 millones de pesetas entre la declaración de operaciones con terceros y las propias cuentas finales. También alertaba de la toma de acuerdos por parte del comité ejecutivo que estatutariamente no le correspondía tomar. El 10 de junio, Millet respondió con un sobrio acuse de recibo y un agradecimiento por los consejos, "que, sin duda, revertirán en una mejor gestión por parte de este consorcio", decía.

Parar el hotel

- Los vecinos del Casc Antic consideran que el proyecto del hotel que impulsa el Orfeó Català esconde "opacas negociaciones" entre las administraciones con la excusa de la importancia que tiene el Palau para la ciudad y responde

a intereses especulativos.

- En un comunicado, la asociación de vecinos pide al Ayuntamiento que, a la luz de la intervención judicial sobre supuestos desvíos de fondos, paralice los trámites relacionados con el proyecto del hotel.

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