El alcalde de Vic da marcha atrás

Por segunda vez en cuatro meses el alcalde de Vic ha tenido que dar públicamente marcha atrás en sus publicitadas medidas para dificultar el empadronamiento de inmigrantes sin papeles en la capital de Osona. El democristiano Josep Maria Vila d'Abadal se vio forzado a admitir ayer ante el pleno municipal que no podrá denunciar a los inmigrantes sin papeles que acudan a empadronarse, pese a haberlo anunciado a bombo y platillo hace apenas un mes. La falta total de apoyo de sus socios del PSC y de ERC, las advertencias del Gobierno central y las críticas en el seno de su propio partido, Convergència i Unió, han podido más que el alcalde. Vila d'Abadal anunció, entre críticas a los medios de comunicación y particularmente a EL PAÍS por instigar supuestas "campañas" contra Vic, que no denunciará a los inmigrantes. Se limitará a hacerlo en los casos de extranjeros que intenten colar documentación falsa a la hora de empadronarse.

Las medidas del alcalde han sido duramente cuestionadas por sus socios de gobierno, que entienden que sólo buscan rivalizar con la xenófoba Plataforma per Catalunya, muy fuerte en la capital de Osona. La segunda rectificación de Vila d'Abadal en cuatro meses también puede cuestionar su fulgurante ascenso en Unió Democràtica, partido por el que quiere ser diputado en la próxima legislatura.