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"Este ambulatorio es del barrio"

Vecinos de L'Hospitalet se encierran en un CAP para evitar su cierre

Decenas de vecinos del barrio de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelonès), ocuparon ayer el centro de atención primaria (CAP) La Rambla de la Marina para protestar contra su cierre a causa de los recortes sanitarios, que se completa este fin de semana. Los vecinos exigen que el Departamento de Salud dé marcha atrás y el lunes el centro vuelva a abrir sus puertas.

"Este ambulatorio es del barrio. En 1997 ya lo quisieron cerrar y lo evitamos. Seguiremos protestando por él", explicó a las puertas del centro Mari Carmen Muñoz mientras recordaba la movilización vecinal de hace 14 años.

Los afectados por el cierre del centro, que asistieron a la asamblea celebrada ayer a la una de la tarde, decidieron encerrarse en el ambulatorio de manera indefinida hasta que se atiendan sus demandas. Según Roque Fernández, miembro de la junta de la Asociación de Vecinos de Bellvitge, hay unas 6.000 personas mayores de 65 años en el barrio. "La gente con problemas de movilidad no puede desplazarse a un ambulatorio que se encuentra lejos de su casa", asegura, y destaca la importancia del CAP por encontrarse "en el centro del barrio". Ángeles, vecina de la zona, afirmó que desplazarse a otro centro le supondría "muchísimo esfuerzo" y ayer por la tarde todavía desconocía dónde estará su médico de cabecera.

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Un barrio en lucha por su CAP

"Ha costado mucho conseguir esto para que unos descerebrados nos lo quiten", afirmó Domingo, un vecino que lleva 40 años en el barrio, y recordó las movilizaciones de los vecinos de Bellvitge para reivindicar equipamientos. Para Dolors Fernández, concejal de Bienestar Social de L'Hospitalet de Llobregat, el cierre de este centro responde a una "agenda oculta" de Sanidad y auguró que "habrá más sorpresas". Según Fernández, la Administración local conoció la decisión de cerrar el centro con tan solo una semana de antelación.

La decisión de la clausura cogió por sorpresa a algunos pacientes con citas ya concertadas. "He llegado y no sabía que el ambulatorio había cerrado", se quejó Miguel Pedraza, un anciano de 77 años, mientras mostraba una citación del CAP para realizar una radiografía ayer a las ocho de la tarde.

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Aunque el encierro es indefinido, los vecinos tienen previsto celebrar asambleas diarias para decidir el futuro de la ocupación, a la espera de que el consejero de Sanidad, Boi Ruiz, responda al escrito con más de 7.000 firmas que la Asociación de Vecinos de Bellvitge le enviará para tratar de evitar el cierre del centro.

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