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Los ataques de osos en el Pirineo se han reducido el 70% en una década

La convivencia entre los osos y la actividad económica de los ganaderos mejora en el Pirineo catalán. Los ataques de ese animal han disminuido el 70% en los últimos 11 años, según datos del Departamento de Agricultura adelantados ayer por la entidad ecologista Acciónatura. La entidad salió así en defensa de la introducción de esta especie en el Pirineo tras el ataque de un oso a un rebaño esta semana que causó la muerte de dos ovejas.

Hace 15 años, cuando se consideró prácticamente extinguida la población autóctona, Francia empezó la reintroducción de la especie con tres ejemplares de Eslovenia, prácticamente iguales genéticamente a los pirenaicos. En 2000, estos mamíferos atacaron a 35 animales en los Pirineos catalanes, mientras que el año anterior la Administración registró una quincena de expedientes por ataques de oso. Acciónatura destacó que estos ataques mataron a nueve ovejas.

"Estaría bien poder conocer cuántas muertes de ovejas y cabras son causadas anualmente por otros animales, por ejemplo perros asilvestrados o buitres", defendió un portavoz de Acciónatura. El ataque de esta semana ha reabierto la polémica sobre la idoneidad de reintroducir el oso en una zona de alta actividad ganadera.

El Gobierno, por su parte, indemniza con 90 euros a cada ganadero que sufra un ataque de oso, importe al que se suma entre 45 y 350 euros por animal muerto (según especie y edad) y otros 45 euros si es una hembra preñada. "La presencia del oso es compatible con la actividad ganadera", defendió la entidad.

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