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El atropello mortal de una niña en la calle de Aragó se salda con una multa

Multa de 120.000 pesetas y un año de privación del permiso de conducir por una falta por imprudencia grave. Ésa es la condena que la juez de instrucción número 21 de Barcelona, María del Carmen Suárez, ha impuesto al conductor que el 28 de noviembre de 1997 atropelló mortalmente a una niña de 13 años en esta ciudad y causó heridas de diversa gravedad a otros dos escolares, cuando esperaban para cruzar un paso de peatones a la altura del desaparecido Fashion Café, en la calle de Aragó.

La sentencia establece también un total de 19,7 millones de pesetas de indemnización para los padres y hermanos de la niña fallecida, Julia B. M., de 13 años, "con independencia de que respecto de sus familiares ninguna cantidad económica será suficiente", precisa la juez. También se fijan otras 813.000 pesetas de indemnización para los familiares de Mauro G. M., quien sufrió magulladuras y contusiones en diversas partes del cuerpo y de las que tardó 103 días en curar. En ambos casos, se declara la responsabilidad civil directa de la compañía aseguradora. El tercer escolar que resultó herido, Álvaro G. C., ya fue indemnizado. Estos hechos causaron en su día una gran polémica porque el juez que acudió a levantar el cadáver, Ramon Gomis, aseguró que el atropello se produjo por un despiste del conductor, Eloi V. M., de 23 años, motivado por un anuncio de lencería de grandes dimensiones situado en uno de los ventanales del desaparecido Fashion Café. Sin embargo, el conductor declaró en el juzgado que cuando circulaba por la derecha en la calle de Aragó se despistó al mirar por el retrovisor, para comprobar si venía algún vehículo y le impediría subir por el paseo de Gràcia, tal y como ya le había ocurrido en alguna ocasión. En cualquier caso, a los dos días de la muerte de la niña el cartel fue tapado y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, admitió que se revisaría la normativa de vallas publicitarias. A causa del despiste, el vehículo, un pequeño Lancia Y 10, chocó con el bordillo, la rueda delantera derecha invadió la acera, colisionó con una papelera y atropelló a los tres escolares que se encontraban parados para poder cruzar el paso de peatones y dirigirse al cercano Instituto de Cultura Italiano, donde cursaban sus estudios. La chica murió casi al instante, los chicos fueron trasladados a un hospital y el vehículo se detuvo finalmente al colisionar con una farola. La juez asegura que la causa del accidente fue el despiste del conductor, a quien define como "garante del riesgo emprendido" al ponerse al volante, y a quien se le debe exigir "la anticipación del instante, en los parámetros del denominado hombre medio", lo que no ocurrió en este caso. Durante la instrucción de la causa, el fiscal reclamó que los hechos fueran considerados constitutivos de un delito de homicidio con imprudencia, castigado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel. Sin embargo, la Audiencia de Barcelona dio la razón al juez instructor, quien tramitó los hechos como una falta.

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