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Los barceloneses utilizan menos el coche por culpa de la crisis

Baja la actividad en peajes y aparcamientos municipales

Jesús García Bueno

En tiempos de crisis, baja la movilidad de vehículos, sobre todo la que no es obligada. Esa teoría se está cumpliendo en la práctica, por lo menos en lo que va de año en Barcelona. Los desplazamientos en vehículo privado han bajado una media de un 3% en las vías principales de la ciudad. Una tendencia que todo indica que seguirá en el año próximo, según consideran varios responsables del área de circulación del Consistorio.

La sensación de que no hay tanto lío en las calles va más allá del período vacacional. Lo demuestran algunos indicadores que marcan descensos a lo largo del primer semestre.

Por ejemplo, la ocupación de los aparcamientos municipales -un total de 22.000 plazas- ha bajado cerca de un 4%, señalan fuentes de la empresa que los explota, Barcelona de Servicios Municipales (BSM). "No pasa lo mismo con los abonados porque sigue existiendo lista de espera de peticiones", apunta el regidor de Movilidad del consistorio, Francesc Narváez. Algo parecido ha ocurrido con la ocupación de las plazas del área verde que ha descendido un 2% .

La misma tendencia muestra la actividad de las grúas municipales. "Puede influir el menor movimiento de coches, pero también hay que tener en cuenta que mejora la disciplina del conductor". Es la interpretación optimista que hace el regidor. "Se está notando una menor presión en el tráfico diario, sobre todo en los ejes principales de la ciudad, en torno a un 3%", en los últimos meses, añade.

Responsables del área de Movilidad recuerdan episodios parecidos en otras épocas de crisis y de subida del precio de los carburantes. "En tiempos de vacas flacas, suelen reducirse los movimientos con coche particular que no están ligados a la movilidad obligada por el trabajo. Quienes se trasladaban a Barcelona de compras en coche, pues igual escogen ahora otro transporte", apuntan.

Los taxistas se quejan a menudo de que la clientela ha bajado, sobre todo la que no utiliza el taxi por motivos de trabajo.

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Más indicadores: en los meses de julio y agosto pasado ha bajado el número de pasajeros que ha utilizado el bus turístic en torno al 1,5% respecto al mismo periodo de 2007.

Otra prueba de que los ciudadanos se lo piensan antes de coger el coche es la disminución de los vehículos que acceden a la ciudad por los túneles de Vallvidrera, que cada año han registrado incrementos de un 3%. En los primeros seis meses de este año, en cambio, la tendencia fue negativa, de cerca de un 1%. En el mismo periodo del año pasado, la media de vehículos que a diario accedían a Barcelona por los túneles alcanzó la de 35.700 vehículos.

Los vehículos que acceden por los peajes de las autopistas al área de Barcelona también han bajado un 3% en el primer semestre, según la concesionaria ACESA. El tramo Montmeló-Papiol ha bajado un 2,3%, el de Barcelona-Tarragona un 4,3% y el de Barcelona-La Jonquera un 1,76%. En los tres casos el descenso se registra en los vehículos de tráfico de mercancías.

Menos bus, más metro y 'bicing'

Sostiene Ole Thorson, experto en movilidad, que además del precio del combustible y la crisis económica hay otro factor: un cambio de hábitos. Sobre todo en la ciudad de Barcelona. "Existe cierta conciencia, más arraigada en la gente joven, de que lo más sostenible y razonable es el transporte público, la bicicleta y caminar", apunta.

En cualquier caso, también se están produciendo cambios en el uso del transporte. Mientras los pasajeros de los autobuses urbanos han disminuido un 3% y la empresa TMB augura que la caída al final de año llegará al 5%; crecen los usuarios del metro en una media de un 3%; también el tranvía y se dispara el uso de la bicicleta.

"Es más divertido, estás en forma y, encima, es mucho más barato", apuntaba Mauricio. Cuenta que antes gastaba una media de 40 a 50 euros al mes en tarjetas de transporte frente a la cuota de 24 euros anual del bicing.

Parte de los 40.000 desplazamientos diarios que hacen las 6.000 bicicletas públicas -a los que habría que sumar otro tanto de las particulares- se restan de los movimientos de autobús. Especialmente si se trata de distancias medias en el centro de la ciudad.

Si se pregunta a los usuarios de la bicicleta pública, muchos coinciden en que han dejado el bus - menos el metro- y se han pasado a los pedales. "Sobre todo si no es necesaria la puntualidad, porque en ese caso puedes tener problemas si te fías del bicing", explica una pareja -Ferran y Pilar-que alternan la bicicleta con el metro.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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