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La batalla por el Orfeó Català

Los candidatos a presidir la entidad apuran hasta el final la petición de votos

Mañana los 1.668 socios del Orfeó Català con derecho a voto elegirán la nueva junta de gobierno de la entidad. La de mañana es una votación singular en una entidad en la que durante más de 30 años se ha perpetuado en el poder, sin oposición alguna, un saqueador confeso, Fèlix Millet. Pero la era pos-Millet en el Palau de la Música está resultando más convulsa de lo que muchos habían previsto.

Al hallazgo constante de pruebas del saqueo y los escándalos que han salpicado tanto a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), por supuestos cobros de comisiones ilegales a través del auditorio modernista, como al Ayuntamiento de Barcelona, por el caso del hotel de Palau promovido por Millet, se ha sumado un caldeado proceso electoral para elegir la nueva junta del Orfeó tras la aprobación, el pasado julio, de los nuevos estatutos que rigen la centenaria entidad propietaria del auditorio modernista.

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Son precisamente estos nuevos estatutos los que están enfrentados a las dos candidaturas, encabezadas por Enric Enrech y Mariona Carulla, presidenta interina del Palau durante los últimos 15 meses. La táctica de la candidatura de Enrech de bombardear la mesa electoral con recursos -el último presentado ayer y en el que pide la nulidad de elecciones de los socios cantores presentes en la junta- esgrimiendo incumplimientos o infracciones de los artículos de los nuevos estatutos han enrarecido la campaña y sumido a una parte de los socios, novatos en votar presidente, en el desconcierto.

Carulla, vicepresidenta primera en la junta de gobierno del Orfeó durante la presidencia de Millet, afirma que se presenta para completar en los próximos cuatro años el "proyecto de renovación del Orfeó" que ha iniciado junto al director general, Joan Llinares, durante los 15 meses de presidencia interina. "Tengo mucho interés en dejar arreglado el Palau", aseguró en una entrevista con EL PAÍS.

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Enrech apela, por su parte, a volver a los orígenes y valores fundacionales del Orfeó, potenciando el canto coral y su difusión por toda Cataluña. Propone el candidato una reinvención del coro del Orfeó Català, que pretende que sea más conocido que el edificio que lo alberga y del que es propietario el Palau de la Música. Además de proclamarse campeón de los recursos al proceso electoral, Enrech ha descubierto en campaña la vinculación de dos de sus miembros de candidatura con Fèlix Millet, extremo al que ha quitado hierro alegando que, aunque no conocía el pasado de buena parte de los miembros de su candidatura, confía en ellos plenamente.

La batalla por los votos proseguirá hasta poco antes de las siete de la tarde de mañana en que empezará la asamblea en la que se votarán las dos candidaturas. Nadie se atreve a vaticinar un resultado. Los socios son para ambos candidatos una incógnita, ya que nadie recuerda que hayan votado anteriormente. Las elecciones y reelecciones de miembros de la junta en la época Millet se resolvían con un "fulanito se presenta a la reelección del cargo, ¿alguien está en contra?"

Mientras, en el Palau de la Música se vive un ambiente enrarecido. Los trabajadores de la entidad siguen haciendo funcionar la maquinaria, como la hicieron funcionar cuando Millet fue apartado del Palau y los nuevos responsables se hacían, a marchas forzadas, con el gobierno del auditorio modernista. Las decisiones, sin embargo, se han paralizado desde hace un mes a la espera de la elección de la nueva junta, lo que ha causado una bajada de la energía humana.

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