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El bipartito de Barcelona desprecia las votaciones que gana la oposición

CiU amenaza con llevar a los tribunales los incumplimientos de acuerdos

Blanca Cia

Como si nada. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, formado por socialistas e ICV, desprecia las votaciones que gana la mayoría de la oposición, integrada por CiU, el PP y ERC. El lunes y el martes pasados la alianza de los tres partidos se impuso en tres distritos de la ciudad que discutían su plan de actuación (PAD): Sarrià-Sant Gervasi, Sants y Eixample. Sin embargo, el hecho fue calificado ayer de "pequeña disfunción" por el portavoz del gobierno municipal, Jordi-William Carnes, quien aseguró que, voten lo que voten los distritos, corresponde al pleno del consistorio aprobar la planificación -prioridades, proyectos e inversiones- de todos y cada uno de ellos. "La función de los distritos es consultiva, no decisoria", alegaba. Y añadía: "Hay miles de personas que han participado y han aportado ideas en la elaboración, y la oposición no puede bloquear el funcionamiento del distrito", añadía el portavoz a preguntas de este periódico.

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El caso es que el Ayuntamiento de Barcelona descentralizó la gestión de los distritos hace más de dos décadas. No se había producido ninguna situación como la que ocurre ahora porque el tripartito tenía la mayoría en todos excepto en Sarrià-Sant Gervasi.

¿Y negociar más para llegar a acuerdos? "Es que la estrategia de la oposición es de bloqueo", se defienden algunos de los concejales socialistas, que no obstante reconocen que hay "problemas" para asumir la nueva condición de gobierno en minoría. Básicamente, el problema es uno: tener más mano izquierda en las negociaciones con la oposición. Eso lo dicen con la boca pequeña algunos. Otros no. "Estamos en una coyuntura política con elecciones generales a tres meses vista y eso también influye", explicaba el portavoz del gobierno municipal, que calificó de "calentón mediático" algunas de las declaraciones de la oposición: "Digan lo que digan, el 95% de los asuntos que pasan por el pleno se aprueban por unanimidad".

Nada que ver con la visión que tiene el grupo mayoritario de la oposición. Ayer, Xavier Trias (CiU) avisó al alcalde, Jordi Hereu, que si en tres meses no cumple las propuestas que han salido adelante con los votos de la oposición, presentará un contencioso en el Tribunal Superior. "El alcalde decidió gobernar en minoría, pero ha sido incapaz de encontrar los mecanismos de diálogo", apuntó. Una de las iniciativas aprobadas por el pleno en contra del criterio del equipo de gobierno es la que atañe al túnel del AVE que debería atravesar el Eixample. La moción respaldada por la oposición supone paralizar el túnel, algo a lo que el PSC e ICV se niegan en redondo. El fondo de la discusión es, a menudo, jurídico. Especialmente porque gobierno y oposición disienten de la vinculación de las proposiciones y mociones aprobadas.

Esa misma circunstancia se produjo en el Ayuntamiento de San Sebastián desde 2003 a 2007, cuando el PSE gobernó en minoría con Izquierda Unida. Hasta tal punto que la oposición -PNV, PP y Eusko Alkartasuna- impuso la construcción de una incineradora que no quería el gobierno de Odón Elorza. Durante esos años el gobierno municipal donostiarra se vio obligado a prorrogar los presupuestos porque no los podía aprobar. En Barcelona, eso parece que no ocurrirá, ya que ERC tiene intención de apoyarlos.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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