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Del cacao de Guinea a patrono de la FAES regional

El Palau fue la plataforma de Millet para obtener cargos

El mundo musical, financiero y empresarial han marcado la vida de Fèlix Millet Tusell. Hijo del que fuera presidente del Banco Popular y mecenas de la cultura catalana, Fèlix Millet Maristany, y sobrino nieto del fundador del Orfeó Català, a Millet Tusell le gustaba la música desde pequeño y a su afición a tocar la guitarra añadió el saxofón, con el que, como aficionado, interpretaba jazz, género por el que siente pasión. Estudió ingeniería técnico agrícola y su padre, presidente, entre otros muchos cargos, de la Compañía Agrícola Industrial de Fernando Poo (Caifer, S. A.) decidió mandarlo a Guinea Ecuatorial para encargarse de las plantaciones de cacao y plátanos de la compañía, y hacerle un hombre.

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A su regreso de África, Millet estudió dirección de empresas en IESE y tras licenciarse en 1972 empezó a introducirse en el mundo de los negocios. Fue responsable de la sociedad de inversión inmobiliaria Renta Catalana y su gestión acabó en los tribunales y con él sentado en el banquillo de acusados. Pasó unas semanas en prisión preventiva en la cárcel Modelo de Barcelona, y en 1984 la Audiencia de Barcelona le condenó a dos meses de arresto y a 30.000 euros de multa por un delito de imprudencia que facilitó otro delito de falsedad de la sociedad. Estos antecedentes ya están cancelados.

En el momento de ser condenado, Fèlix Millet era ya presidente del Orfeó Català, cargo que también ocuparon su padre y su abuelo, un industrial algodonero que era el hermano del fundador del Orfeó. Millet accedió al cargo en 1978 y ha permanecido en él por más de 30 años. Al frente del Orfeó y el Palau de la Música inició la renovación de la institución, que no sólo significó su apertura a todo tipo de música al margen de la clásica y conseguir que en 1997 fuera declarado Patrimonio de la Humanidad, sino también la dinamización de los coros del Orfeó y la clave que garantizaba el futuro del Palau de la Música con la creación, en abril de 1983, del consorcio de administraciones que desde entonces rigen el edificio y han financiado en buena parte sus dos ampliaciones. Para conseguir dinero extraordinario -se lo acabó concediendo José María Aznar- no dudó, pese a definirse nacionalista catalán, en incorporarse en 2003 al patronato del Instituto Cataluña Futuro, sección regional de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).

Como presidente del Orfeó, Millet asumió también la presidencia del comité ejecutivo del consorcio y, a partir de 1990, la de la Fundación del Palau de la Música, creada para organizar programación musical propia.

Su cargo al frente del Palau de la Música y su fundación, a la que están vinculadas multitud de empresas grandes y medianas, ha servido a Millet de plataforma personal y puente para acceder a una veintena de cargos en empresas financieras, de seguros, sanidad y el mundo inmobiliario.

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