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Uno de cada cuatro catalanes vive amenazado por la pobreza

Más de 650.000 personas no logran escapar de la precariedad, según un estudio

La Cataluña sofisticada y motor del arco mediterráneo arrastra una abultada bolsa de pobreza: El 23% de la población linda con la precariedad y uno de cada 10 catalanes no logra superar el círculo de la penuria. Son 650.000 ciudadanos que se mantienen atrapados en una estrechez que sobrevive al paso de los años y de los subsidios, según un estudio que la Fundación Jaume Bofill presentó ayer.

Cataluña genera más pobreza que el resto del Estado y la asimila peor

Los datos abren una brecha en las estadísticas oficiales. Éstas reflejan que la incidencia de la pobreza en Cataluña se mantiene estable desde 2000: la sufren alrededor del 18,5% de los catalanes y acumula lustros estancada alrededor de esta cifra. Es un dato ligeramente inferior a la media española (19,9%) y algo superior a la de la Unión Europea (17%). El estudio señala que tal estabilidad esconde una embrollada penuria social: uno de cada cuatro catalanes se encuentra próximo al umbral de la pobreza, intercambiándose entre sí, al amparo de las sacudidas económicas. De ellos, el 70% no logra asomarse a la superficie, forzados a articular su rutina en torno a la precariedad. "Cataluña no sabe absorber la pobreza, y su intensidad se va incrementando en vez de disminuir", subrayó ayer Xavier Ramos, coautor del estudio y profesor del departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona.

El informe, basado en el seguimiento de más de 3.600 personas a lo largo del periodo 2003-2004, refleja que el 8,7% de catalanes ingresaron en el círculo de la estrechez durante ese intervalo, frente al 8,1% de españoles. El camino inverso lo recorrió el 30% de los considerados pobres, mientras en España fueron el 40%. Cataluña, con un crecimiento económico mayor, generó más pobreza que el resto del país. También la asimiló en menor cantidad. "Esto apunta a un fracaso de las políticas sociales, educativas y de inmigración", dijo Ramos, quien pidió afrontar el problema con medidas transversales. "La precariedad se debe a muchos factores y no podrá combatirse a golpe de legislación", avisó en referencia a la política de cheques sociales que primó en la pasada campaña electoral. "Cada vez habrá menos superávit y más gente próxima a la pobreza", añadió.

El informe mide la precariedad en función de los ingresos mensuales de cada hogar y los compara con el nivel medio de vida. Una persona es pobre si ingresa menos de 584 euros para una casa unipersonal; 1.052 para un matrimonio con un hijo, y 1.227 si son dos o más hijos.

Hoy en día, afirmó Ramos, la situación reviste mayor gravedad: El informe se elaboró partiendo de datos obtenidos en años de bonanza. Nadie en 2004 auguraba problemas de liquidez ni contracciones crediticias. "Era la fase más dulce del crecimiento económico y no se pudo reducir la pobreza. El escenario actual dibuja un horizonte plagado de nubes", concluyó Ramos, "especialmente para los colectivos más frágiles".

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Éstos forman parte de un poso social que apenas puede sobreponerse a la penuria. Son los inmigrantes que no hablan castellano, oriundos de Asia o África, el 83% de los cuales acaban sitiados por la pobreza; los jubilados o viudos, que conforman la mitad de los que no logran escapar de la precariedad; y las personas que abandonaron los estudios en secundaria. Con un apunte: las mujeres de estos colectivos sufren más que los hombres.

Una delimitación clara para la que el informe exige soluciones concretas: mejorar los subsidios, además de combatir el fracaso escolar (en Cataluña la tasa de abandono es del 32,9% frente al 30,8% en España). Y diseñar una política "realmente comprometida" con los inmigrantes.

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