El cementerio de Montjuïc estrena el primer recinto funerario islámico en Cataluña

El cementerio de Montjuïc presentó ayer el primer recinto para que la comunidad musulmana pueda acondicionar los féretros de sus fallecidos y cumplir de esta manera con los preceptos del Corán. En los cementerios de muchas localidades catalanas ya hay espacios específicos reservados para los musulmanes, pero el nuevo recinto de Montjuïc es el primero de estas características que se construye en Cataluña.

El recinto, situado en un antiguo depósito de cadáveres, consta de una sala con capacidad para un centenar de personas, otra para preparar al fallecido y una última zona para las abluciones. Este espacio se suma a una zona reservada para los musulmanes en el cementerio. Los preceptos coránicos prohíben enterrar cadáveres en nichos o unos encima de otros: todos tienen que enterrarse bajo tierra.

Con las nuevas instalaciones, los cementerios de Barcelona quieren que las familias musulmanas cesen de repatriar los féretros de sus allegados muertos dada la imposiblidad de enterrarlos en Cataluña en las condiciones que fija su religión. La repatriación es un privilegio al alcance de pocos, ya que el coste medio de enviar un cadáver a su país de origen para ser enterrado se sitúa entre 4.000 y 6.000 euros.

Exportación de ataúdes

Por otra parte, Servicios Funerarios de Barcelona, compañía semipública participada por el Ayuntamiento, construirá en un solar situado entre el cementerio de Montjuïc y la Ronda Litoral un taller de construcción de ataúdes. En la actualidad, la empresa produce 15.000 ataúdes anuales, y su propósito es alcanzar los 40.000 en pocos años. Como explicó su director general, Eduard Vidal, recientemente han empezado a vender ataúdes a diferentes operadores europeos.

Estas dependencias también acogerán el museo de carrozas y coches fúnebres, que en la actualidad está situado en el tanatorio de la calle de Sancho de Ávila.