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Los comedores escolares abusan de la carne y de los lácteos

La mitad de los colegios incumple las recomendaciones de Salud y Educación, según una investigación - En los menús faltan huevos y ensaladas

"¿Qué has comido en el menchador?", le preguntaba su madre a George a su salida del colegio, ayer. "Salchichas y yogur", respondía el revolucionado alumno de primero, contento, porque las salchichas son su plato preferido. Pero la carne es, también, un problema en los menús escolares. Ofrecen demasiada. También demasiados lácteos, pocos huevos y pocas ensaladas en las guarniciones. Esto se desprende de un amplio estudio en el que la Generalitat ha comparado durante dos cursos los menús que se sirven en los centros escolares con la frecuencia semanal de consumo de alimentos que recomendó en su Guía de la Alimentación Saludable de la Etapa Escolar, de 2005.

Una cuarta parte (un 25,1%) de los 246 centros que los departamentos de Salud y Educación estudiaron entre 2006 y 2008 sirve demasiada carne. El desajuste entre las cantidades recomendadas y las servidas es aún mayor en el caso de los lácteos: casi un tercio (31,5%) de colegios los ofrece más de una vez a la semana, que es lo recomendado por la guía. En cambio, casi la mitad de centros (un 45%), da menos huevos de los dos por semana aconsejados. Prácticamente los mismos (un 44,4%) que no llegan a las cuatro ensaladas semanales recomendadas.

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"El criterio que seguimos es estricto. Se considera pescado lo que es un filete pero no, por ejemplo, buñuelos de bacalao", recalca Gemma Salvador, nutricionista del Departamento de Salud y responsable de la extensa revisión de los menús escolares. Se han analizado escuelas infantiles y de primaria, y un 80,9% eran públicos. "Queremos ampliar el trabajo a más de 700 centros", añade. "Los resultados se dan a las familias y a los colegios para que puedan mejorar los menús, aunque todo el proceso es voluntario", dice Maria Manera Bassols, otra de las nutricionistas autoras del trabajo.

"Nosotros servimos carne tres veces por semana, aunque opino que es demasiado; yo daría dos veces huevos, dos pescado y una carne", explica Marc Perea, director de Gastronomia de Barcelona, una empresa de cátering que suministra comida a un centenar de colegios. Asegura, además, que las cantidades de los almuerzos son excesivas: cubren la mitad de las necesidades diarias, cuando la guía recomienda que esta comida suponga el 35% de la ingesta diaria. "Es malo, porque comer las calorías de golpe favorece el sobrepeso", critica Perea. ¿Qué ocurre? Los padres piden reforzar el almuerzo para poder dedicar menos tiempo -tan escaso en el mundo laboral de hoy- y dinero a la cena, asegura Perea. Y añade que aún predomina esa idea de postguerra: "Cuánto más engorde el niño, mejor". Sin embargo, no duda de la calidad del servicio que ofrece: "Ojalá los adultos pudiésemos comer tan bien en casa y en restaurantes como los niños en las escuelas", proclama.

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Coincide en opinar que los menús escolares han mejorado mucho Anna Bach, coordinadora científica de la Fundación Dieta Mediterránea. Pero sobre el abuso de lácteos señala que "según el decálogo de la dieta mediterránea, la fruta debe ser el postre habitual". Y, sobre el exceso de proteínas, opina que "es una práctica habitual de cualquier menú, no sólo los escolares. En el plato no debería verse un gran trozo de carne o pescado, sino raciones más pequeñas y siempre acompañadas de verde".

Coincide con ellos Alex Castillo, presidente de la Federación de Padres de Alumnos de Barcelona. No teme tanto por la calidad de la comida, como por los cáterings, de los que cree que "se está abusando". Un 61,4% de los centros encuestados en el estudio usa servicios de restauración.

El informe también ha detectado que a algunos menús les falta información precisa sobre el plato. Por ejemplo, faltaba especificación en el 67,9% de los platos de guarnición, en el 31,3% de los platos de pescado y en el 7,7% de los de carne. En los tipos de postre, no se especifica bien cuál en el 6,5% de los menús analizados. Eso dificulta la tarea de los los padres de evitar repetir en las cenas lo que los niños ya han comido en la escuela. Precisamente esa coordinación entre la escuela y el hogar es otro de los aspectos que quedan por mejorar. La empresa de cátering Serunion, por ejemplo, ya ofrece a los padres menús complementarios para para la cena, concordantes con lo que ellos sirven para almorzar.

La batalla por una buena alimentación en los colegios y en contra la obesidad está también en la agenda del Gobierno central. La semana pasada se supo que los ministerios de Medio Ambiente y Sanidad quieren impulsar una ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que deberán negociar con las Comunidades Autónomas y las empresas del sector. Se pretende que la dieta sea supervisada por titulados universitarios y limitar a un máximo del 2% las grasas saturadas en los alimentos, entre otras medidas.

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