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El cómic nipón triunfa en las bibliotecas

En el Salón del Manga se pueden comprar fanzines y series independientes imposibles de encontrar en las tiendas tradicionales, como Raruto, de Jesulink, una parodia de Naruto. Pero para disfrutar del manga no hace falta pasar por caja. Entre julio y septiembre de este año, en las bibliotecas de Barcelona las historietas niponas han sido las favoritas de los críos. Como consta en su página web (www.bcn.es/biblioteques/), nueve de los 10 títulos más solicitados en la categoría de cómics infantiles son mangas. La lista la encabeza Doraemon, seguido de Naruto, y entre las preferencias de los niños también figuran Detective Conan y las aventuras de Son Goku en Bola de drac. Sólo Francisco Ibáñez, con los inagotables Mortadelo y Filemón, consigue colarse en el top ten. Lo hace en un más que honroso cuarto puesto.

Todo un mérito vista la actual fiebre otaku, que además invade la lista de tebeos más solicitados por los adultos. También en este ámbito, nueve de los 10 títulos más prestados son mangas. Aquí la excepción es el género de los superhéroes, que consigue colocar a los X-Men en el mismo cuarto puesto. La clasificación la encabeza Death note, de Tsugumi Ohba, y, sorprendentemente no faltan ni Shin-Chan, ni Ranma ?, que en principio parecen más dirigidos a un público infantil, aunque el cómic no conoce edades (Hergé, por ejemplo, se inventó aquello de que Tintín era ideal para niños de 7 a 77 años).

No obstante, hay otros espacios apenas conocidos en los que el manga también es la estrella. Es lo que ocurre en la Biblioteca Japonesa de Barcelona (www.lazul.com/bjb/), que se fundó en 1992 con unos 2.000 volúmenes y en la actualidad ya supera los 20.000, la mayoría de ellos provenientes de donaciones. Los libros -novelas y ensayos sobre cultura nipona- están en su idioma original, el japonés, aunque también hay un apartado de obras en castellano. La biblioteca abre sólo los miércoles y los sábados, porque funciona gracias a la dedicación de varios voluntarios (la cuota de inscripción es de cinco euros, y la cuota, de 10 euros por seis meses). En la actualidad tiene 1.700 socios, la mayoría de ellos japoneses residentes en Barcelona. Las mujeres son las que más frecuentan el local, según explica su responsable, Taichi Nakagawa.

En esta biblioteca, los mangas causan furor entre los socios más jóvenes. "El manga es para nosotros como el arroz blanco en la gastronomía. Además los socios que no son japoneses los utilizan junto con los cuentos para aprender un poco nuestro idioma. Se vuelven locos al descubrir el auténtico Bola de drac en japonés". La biblioteca se ha convertido en el lugar de encuentro de japoneses afincados en la capital catalana, que se intercambian allí sugerencias de restaurantes o hablan de la actualidad de su país. Cada cierto tiempo, organizan un mercadillo de libros que ponen a la venta a 50 céntimos. El próximo será el 30 de noviembre.

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