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El contrabando se echa al monte

La crisis económica ha reavivado la vieja tradición de pasar tabaco entre Andorra y España tanto por la aduana como por las pistas forestales

El contrabando de tabaco entre Andorra y Lleida es una actividad ilegal que se realiza desde hace siglos. A finales de la década de 1990 la Guardia Civil llegó a montar incluso una operación policial especial en coordinación con el país vecino para acabar con las bandas internacionales que se habían introducido en este lucrativo negocio pasando tabaco por la frontera en cantidades industriales. Acabó entonces el poder de las mafias y el contrabando se normalizó.

La crisis económica ha reavivado el oficio de contrabandista. Cada vez son más los que se arriesgan a intentar pasar por la aduana unos cuantos cartones de este vicio, cuyo precio es mucho menor en Andorra. También las pequeñas organizaciones que pasan el tabaco a través de las montañas se arriesgan más y llenan sus furgonetas.

El primer semestre del año se ha disparado el número de aprehensiones realizadas por la Guardia Civil; más de 161.000 cajetillas valoradas en 430.000 euros, un aumento espectacular respecto a las 45.770 cajetillas interceptadas a lo largo de todo el año pasado. De seguir a este ritmo el año podría cerrarse con 323.000 cajetillas.

También ha aumentado el número de infracciones. Según el capitán Vicente Luengo, responsable de Comunicación de la Comandancia de la Guardia Civil de Lleida, en todo 2008 hubo 54, y en lo que va de año ya son 72. "Hay más gente que se arriesga a pasar algo de tabaco por la aduana, pequeños infractores, pero el aumento se debe, sobre todo, a que ha habido dos grandes incautaciones en pistas forestales", explica. Y es que aunque el 90% de las aprehensiones se realizan en la aduana, es por la montaña por donde se intenta pasar el 70% del contrabando.

El pasado mes de marzo la Guardia Civil interceptó una furgoneta con 75.000 cajetillas en una pista forestal de Tiurana, y en mayo, en pistas del municipio de Martinet, otro vehículo con 56.180. Son dos aprehensiones que han hecho subir la estadística y reflejan los riesgos que asumen los contrabandistas.

El modus operandi de los contrabandistas de pistas es muy simple: cargan el tabaco en Andorra, ya sea comprado de forma industrial a productoras del país vecino o a distribuidoras que aplican descuentos especiales en función del volumen; lo cargan en furgonetas o vehículos todoterreno e intentan cruzar la frontera por cualquiera de los 23 pasos naturales existentes en la montaña, las llamadas pistas forestales, que pespuntean los 53 kilómetros de frontera.

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Luengo señala que estos contrabandistas suelen ser pequeñas bandas organizadas formadas sobre todo por españoles y andorranos que no se dedican exclusivamente a pasar tabaco ilegal. "Se tiene la típica imagen de caravanas de 4x4 circulando de noche con las luces apagadas por medio del bosque cargados de tabaco, pero lo cierto es que intentan pasar a cualquier hora del día, haya luz o no. Eso sí, en primavera, con el deshielo, aumenta el tráfico en la zona", asegura.

Lo que sí ha detectado la Guardia Civil son los pasos más "fáciles", en zonas no tan montañosas y por donde los contrabandistas pasan más a menudo; concretamente los de Civís y Os de Civís, Arcavell, Bescaran y los llanos de la Rabassa. Las pistas más cercanas a la Cerdanya son más complicadas, según Luengo.El método más común para intentar pasar tabaco de contrabando es, sin embargo, la aduana, aunque en este caso la cantidad siempre es mucho menor. "Se considera que es delito y no infracción a partir de 6.000 euros. Hay muchos contrabandistas que calculan aproximarse a esa cantidad pero sin pasarse y así si les pillan no les acusan de delito", explica el capitán.

En este caso los que intentan pasar el tabaco no son bandas sino, en la mayoría de los casos, particulares que se intentan sacar un sueldo extra. Con todo, se desconoce cuál es la cantidad aproximada de tabaco ilegal que cruza la frontera, ya sea por aduana o pistas. "Siempre se habla de que sólo se pilla la punta del iceberg, pero no hay manera de calcularlo", señala el capitán de la Guardia Civil.

Otras vías para intentar pasar el tabaco por la frontera, aunque menos frecuentes, son el canal que hay entre Andorra y Lleida, por donde en alguna ocasión se han divisado bolsas de plástico flotando que contenían la carga ilegal, o a pie.

A muchos les compensa correr el riesgo de ser descubiertos, ya que si logran pasar la preciada carga, la ganancia ronda o supera el 50%. En Andorra un cartón de Marlboro cuesta 20 euros y en España vale 34,50; los de Winston y Nobel cuestan 15,95 euros en el país vecino y aquí 30 euros, casi el doble. Los de Camel y Ducados negro tienen un precio de 17,95 y a este lado 31,50 y 30, respectivamente. El 75% del tabaco incautado es rubio.

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