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Reportaje:

Las cosas de Inuk, de Uncas, de Caballo Loco...

El Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino exhibe evocadores objetos de las culturas nativas de Norteamérica

Jacinto Antón

Muchas, conmovedoras, hermosas, misteriosas y hasta contundentes (¡tomahawks!) son las cosas que se exhiben en el Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino, en Barcelona, en el marco de la exposición Rastros del Norte, que se inaugura hoy.

Vean si no: un antifaz esquimal de hueso marino -probablemente de morsa- que su propietario utilizó para evitar el deslumbramiento del hielo en sus jornadas de caza en kayak. Una máscara de aspecto sobrecogedor que una vez empleó en sus ritos en los bosques algún chamán iroqués o séneca. Mazas de guerra y pipas sioux. Una indumentaria sagrada de los tlingit, hacedores de tótems y grandes pescadores de salmones, que incluye medio centenar de pieles de armiños y parece salida de las páginas más sugestivas de Jack London...

El recorrido por Rastros del Norte, que evoca en el pleno Barri Gòtico -tan sugerentemente cerquita del Picasso- el amplio universo mental y material de los indígenas del norte del continente americano, con una sección dedicada a Mesoamérica, nos introduce en esas culturas (inuit, haida, ojiwba, hopi, navajo, sioux, anasazi, azteca, maya) de enorme poder de atracción. Son mundos y nombres en los que la etnografía y el arte no están nunca separados del hálito embriagador de la aventura: del Ártico contumaz donde porfía el cetáceo al devastado desierto de Sonora, donde gime el coyote y se arrastra, paciente, el crótalo.

¿No nos lleva esa minúscula y bellísima figurita de hueso de los mal llamados esquimales, con su carne amarilla y sus pequeños pechos, al iglú en que Inuk ofrecía cortésmente su esposa a los visitantes? ¿No es esa maza la que Chingachgook estampa en el cuerpo de Magua, el verdugo de Uncas en El último mohicano? ¿Ese chaleco sioux hecho de abalorios no lo lucía el oglala Caballo Loco el gran día rojo en las praderas de Montana, junto al Little Big Horn?

Contagiada de ese espíritu, la propia directora del museo barcelonés, Anna Casas, no pudo dejar de hablar, en la visita a las salas, de cabelleras arrancadas, enigmáticas prácticas funerarias de los indios anasazi que nos sitúan en los secos y peligrosos predios de la mina del alemán perdido o sacrificios humanos mayas (puro Apocalypto). Una estatua zuñi provocó cierto júbilo por lo que parecía un épico miembro: resultó ser, lo que hay que ver, una curiosa representación del ombligo.

La exposición, con 80 objetos representativos de las distintas culturas, se estructura en seis apartados que corresponden a las variadísimas regiones : el Ártico, la costa noroeste (déjenme que aluda al potlatch, esa extraña práctica dilapidadora en la que tlingit, haidas -abigarrados hijos del Cuervo- y kwakiutl destruían sus pertenencias para aparentar), los bosques orientales, las praderas (ho'ka hey!), los altiplanos y las costas del oeste, y Mesoamérica.

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Las piezas de lo que hoy son Canadá y EE UU han sido prestadas durante un año por el Musée Barbier-Mueller de Suiza. Están datadas entre el año 1000 antes de Cristo y el siglo XX. Las otras, una selección de arte precolmbino de México, proceden de los fondos del propio museo barcelonés y están fechadas entre el 350 y el 1500 de nuestra era. La exposición se puede visitar gratuitamente la semana que viene con motivo del 13º aniversario del museo.

El Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino, en Barcelona, exhibe evocadores objetos de las culturas nativas de Norteamérica. Esta máscara, hecha de piel y pelo de cabra, es del siglo XX.
El Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino, en Barcelona, exhibe evocadores objetos de las culturas nativas de Norteamérica. Esta máscara, hecha de piel y pelo de cabra, es del siglo XX.BARBIER-MUELLER

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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