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Las cúpulas de ERC e ICV dan ahora la espalda a la marcha contra la MAT

15.000 personas exigen en Girona que no se haga la conexión eléctrica

Unas 15.000 personas -12.000 a juicio de la Policía Local y 18.000 en opinión de los organizadores- salieron ayer a la calle en Girona para mostrar su rechazo al proyecto de interconexión eléctrica con Francia y al paso de la línea de muy alta tensión (MAT) a ambos lados de la frontera. Bajo el lema No a la MAT. Por una nueva cultura de la energía, en la marcha participaron miles de ciudadanos anónimos, llegados del sur de Francia y de muchos puntos de Cataluña, arropados por entidades y colectivos sociales, sindicatos agrarios, asociaciones de estudiantes y municipios afectados. Mucha gente y mucho ambiente, pero una llamativa ausencia, la de dirigentes políticos de la talla de Joan Puigcercós (ERC) o Salvador Milà (ICV), que sí estuvieron presentes en la manifestación contra la MAT celebrada en Perpiñán (Francia) el pasado 2 de marzo.

Los manifestantes reclaman que se demuestre que la línea es necesaria
3.000 franceses, encabezados por sus alcaldes, acudieron a Girona

Entre los escasos políticos asistentes a la protesta pudo verse al número uno en la lista de ERC al Congreso por Girona, Francesc Canet, que no obtuvo representación, y la portavoz del grupo parlamentario de los republicanos, Anna Simó, mientras que por parte de la formación ecosocialista estaban los diputados en el Parlament Lluís Postigo y Laia Ortiz.

El mensaje de los manifestantes se dirigió hacia las administraciones española y francesa, a las que exigieron la "retirada inmediata" del proyecto, pero principalmente hacia el mediador europeo para la interconexión eléctrica entre España y Francia, Mario Monti, que este martes se reúne en Girona con políticos, empresarios y representantes del territorio para justificar la necesidad del proyecto.

"Monti dijo textualmente en su última intervención que la presión popular sería importante a la hora de tomar decisiones. Pues que tome nota, porque cada vez hay más oposición a la línea de 400 kW", aseguró Pasqual Aguilar, portavoz de la plataforma No a la MAT. Aguilar reclamó una vez más que los gobiernos español y francés "demuestren la necesidad real" de la línea de muy alta tensión y desconfía de los argumentos que el martes pueda desgranar Monti. "Nos ofrecerán compensaciones económicas y se quedarán tan anchos", añadió.

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La marcha comenzó al mediodía en la plaza del mercado de la capital gerundense y recorrió las principales calles de la ciudad, a ritmo pausado y jalonado de actuaciones como un espectacular número acrobático en la fachada de una entidad bancaria, donde unos saltimbanquis simularon el montaje y desmontaje de una torre de alta tensión.

Una variada farándula de gigantes, cabezudos y bestias fantásticas acompañaron la manifestación, encabezada por tractores, pancartas con los nombres de los pueblos afectados, de Taradell (Osona) a Baixàs (Francia), pasando por localidades de la Selva como Sant Hilari Sacalm y Maçanet de Cabrenys (Alt Empordà).

También desfilaron animales emblemáticos como el burro catalán, símbolo del rechazo a la infraestructura eléctrica. Los organizadores, la plataforma No a la MAT y la organización de municipios afectados ANMAT, dijeron que la marcha ha sido la más "multitudinaria" de las tres celebradas hasta la fecha en Girona y ha "superado con creces" a la última de Perpiñán, donde se reunieron unas 12.000 personas de ambos lados de la frontera hispano francesa. La presencia gala se contabilizó en unas 3.000 personas, encabezadas por alcaldes ataviados con la característica banda tricolor republicana.

La protesta concluyó hacia las 14.00 con la lectura de un manifiesto a cargo de la actriz barcelonesa Vicki Peña. Un texto muy duro contra las administraciones, a las que acusó de ser "verdaderas arpías que pretenden sumirnos en la oscuridad de sus mentiras" y emplazó a los políticos "recién elegidos" a parar la línea de 400 kW, a la que calificó de "una profunda herida ética y ecológica disfrazada de progreso".

La marcha finalizó con una emotiva interpretación del clásico tema L'estaca, de Lluís Llach, y la actuación del grupo Blues de Picolat.

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