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Una exposición de 'collages' de Georges Hugnet recupera al surrealista menos conocido

Georges Hugnet fue uno de los integrantes más polivalentes del grupo surrealista de París. A pesar de su frenética actividad como editor, artista, historiador del dadaísmo y poeta, todavía hoy es un gran desconocido fuera de los círculos de especialistas. La exposición Georges Hugnet, collages, abierta hasta mediados de julio en la Galería Manuel Barbier (Consell de Cent, 221), pretende rescatar del olvido histórico su dedicación a la cultura mediante la reunión de 25 fotocollages que tienen a la mujer como motivo protagonista.

A la inauguración de la exposición asistió la viuda del intelectual francés, Myrtille Hugnet, una de las últimas supervivientes del colectivo encabezado por André Breton. La pareja se casó tras un noviazgo realmente breve. Tres días después de conocerse en un hotel de la bahía de Granville, en Bretaña, George Hugnet se comprometía con ella. A la boda, celebrada en la mansión de los vizcondes de Noailles, asistieron como testigos Balthus, Jean Cocteau y Paul Eluard. Myrtille tenía entonces 17 años y el poeta 42.

El itinerario de las piezas exhibidas, seleccionadas por la crítica de arte Victoria Combalía, se inicia con un fotocollage compuesto en 1934 bajo el título La nuit sans arrêt, aunque el grueso de la exhibición fue producido a principios de la década de 1960. En estas obras, Hugnet trata el tema femenino con generosas dosis de ironía y con matices de un erotismo pícaro. La presente antología se presenta como un prólogo a la retrospectiva programada en el Museo Reina Sofía para 2005.

Desde 1978, año en el que el Centro Pompidou le dedicó la extensa exposición Perégrinations de George Hugnet, el inquieto promotor cultural permanecía en la sombra. Como editor, fundó la marca Éditions de la Montagne, sello en el que Tristan Tzara publicó L'arbre des voyageurs, ilustrado con las primeras litografías dibujadas por Joan Miró. El poeta escribió, además, un atrevido ensayo sobre el movimiento dadaísta, L'esprit Dada dans la peinture, un texto de referencia que le abrió las puertas del grupo de Breton. Pocos personajes además de Hugnet vivieron su época con tanta intensidad como lo hizo el autor de Onan, su poema más celebrado, cuyos ejemplares de lujo se enriquecían con un aguafuerte de Salvador Dalí.

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