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Reportaje:

La fe retrasa un examen

La Generalitat acepta que por motivos religiosos una opositora haga la prueba "al ponerse el sol"

Una opositora al cuerpo de maestros de educación primaria, miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, vio ayer recompensada una lucha de tres años para conseguir que el Departamento de Educación reconozca su derecho a realizar la prueba de oposición después de la puesta del sol. Una resolución del consejero Ernest Maragall le permitió examinarse en solitario ocho horas más tarde que el resto de los aspirantes.

Para los creyentes de esta doctrina cristiana, el sábado es un día especial de reposo y se aconseja cumplir con el precepto de no realizar trabajos comunes o seculares, entre los que se incluyen los exámenes, entre la puesta del sol del viernes y la del sábado. "El sábado es un día especial, pero podemos hacer lo que queramos y nadie está obligado a observar el precepto. Yo lo hago por fe y como una opción personal. Otras personas han hecho oposiciones en sábado y no han sido expulsadas", comenta la opositora, de 34 años, casada y con hijos, que prefiere mantenerse en el anonimato porque no desea hacer de su causa "un espectáculo".

La opositora fue confinada desde las 11.45 hasta las 20.40 horas

Ella era una de las 839 personas que se presentaron ayer en Lleida para realizar las pruebas de acceso a una de las 3.990 plazas para cuerpos docentes convocadas por Educación. En total, este año se han presentado a las pruebas en Cataluña 11.928 aspirantes.

La reivindicación de esta candidata a ejercer como maestra de enseñanza primaria ha creado una situación excepcional en el ámbito educativo de Cataluña, como puso de manifiesto la presidenta del tribunal en la reunión previa con el resto de los opositores. Por primera vez, el Departamento de Educación ha tenido que resolver sobre un caso que podría haber vulnerado un derecho constitucional relativo a la libertad religiosa.

La aspirante, a la que se había denegado en dos ocasiones su petición, impugnó la convocatoria de este año alegando su derecho a realizar la prueba después de la puesta de sol del sábado. Esta vez ha tenido más suerte y Educación le comunicó el lunes la resolución, firmada por el consejero Ernest Maragall, por la que se aceptaba parcialmente su recurso y se establecían las condiciones para que realizase la prueba de acuerdo con sus creencias religiosas.

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La presidenta del tribunal comunicó a los demás aspirantes que cuando entraran en la sala para realizar la primera prueba de la oposición, consistente en desarrollar por escrito un tema elegido por sorteo, la opositora que había aducido motivos religiosos para no hacerlo a la hora establecida en la convocatoria (las 11.45) sería confinada en un aula hasta las 20.40 y que durante todo ese tiempo sería vigilada por un miembro del tribunal para que no pudiera comunicarse con el exterior o recibir llamadas telefónicas.

"He luchado porque hay una ley que me ampara. Estoy feliz por ser adventista y muy tranquila porque sé que Dios está conmigo", manifestó la mujer antes de quedar aislada del resto de los opositores.

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