Las funerarias de Girona piden escolta policial para los entierros
Un piquete de huelguistas irrumpe en un funeral en Banyoles
Las comarcas de Girona se enfrentan a una huelga sin precedentes que afecta a los entierros y que comienza a tener consecuencias también inéditas, como la celebración de los sepelios bajo escolta policial. Así lo ha solicitado a los ayuntamientos la principal empresa del sector en Girona, Funeraria Poch. Poch pide que, mientras dure la huelga, la policía municipal de los diferentes pueblos donde ofrecen sus servicios se movilice para evitar incidentes durante las ceremonias.
El gerente de la empresa, Xavier Poch, dijo ayer que un grupo de piquetes se encaró con sus compañeros no huelguistas en medio de un entierro en Banyoles (Pla de l'Estany) y tuvo que intervenir la policía local para calmar los ánimos, bajo la mirada estupefacta de los familiares del difunto. El acto se celebró a primera hora de la mañana en la iglesia parroquial de Santa Maria de Banyoles y dos agentes policiales acompañaron al coche fúnebre hasta la entrada del cementerio.
Los sindicatos denunciaron también ayer que los empresarios están vulnerando el derecho de huelga y que han contratado personal ajeno para seguir realizando entierros.
Según el decreto de servicios mínimos establecido por el Departamento de Trabajo de la Generalitat, no se enterrará ningún cadáver hasta que las cámaras frigoríficas donde se guardan estén colapsadas. Sin embargo, ayer se realizaron sepelios en diferentes puntos de las comarcas de Girona.
Los empleados de las funerarias reclaman que se flexibilice la jornada de trabajo y mejoras laborales, así como que se limite su disponibilidad, que abarca las 24 horas del día durante toda la semana. Ayer concluyó el segundo día de la protesta, después de fracasar la negociación entre la patronal y CC OO. La Generalitat ha asegurado que no hay problemas de salud pública con las medidas de servicios mínimos.
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