A golpe de encuesta
Ya era hora de que Cataluña contara con un Ejecutivo serio y responsable dispuesto a acabar con los excesos "buenistas". Ayer, el Gobierno de los mejores en un ejercicio de realismo tomó la iniciativa de exigir conocimientos de catalán a los inmigrantes. Se trata de un disparo con pólvora del rey, pues el certificado de arraigo lo concede el Gobierno central y lo que decidan Ayuntamientos y Generalitat no es vinculante. Podrá discutirse si ello debe o no ser así, pero roza la irresponsabilidad que se haga una declaración a bombo y platillo a sabiendas de que no tiene otra consecuencia práctica que meter ruido para obtener votos. La propia Secretaría de Inmigración de la Generalitat no supo ver elementos sustanciosos en la exigencia hecha por su Gobierno.
La declaración, sin embargo, tiene el don de la oportunidad, pues se produce 24 horas después de que el Centro de Estudios de Opinión hiciera pública la encuesta en la que el 43,9% de los catalanes juzga excesivo el número de inmigrantes y el 65,8% considera que los extranjeros se benefician de más ayudas que los nativos. Y las encuestas mandan.
Curiosa Cataluña la que se construye. El Constitucional no permite que a los jueces se les exija conocimiento de catalán, pero los inmigrantes recitarán Les Homilies d'Organyà.
