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La hija incrimina al padrastro de Alba en una grabación

Los tíos de la testigo insisten en que se cayó de la cama

Maite, una niña que ahora tiene ocho años, es la principal testigo de cargo del caso Alba, a pesar de que su padre, Francisco Javier Pérez, es uno de los acusados. A los pocos meses de suceder la brutal paliza, la pequeña relató a un equipo de psicólogos los supuestos malos tratos que sufría su hermanastra y que ella misma presenció.

Esa grabación en vídeo es lo que se llama prueba preconstituida y la ley permite que el día del juicio se vuelva a escuchar en la sala de vistas sin necesidad de tener que llamar a declarar a la pequeña. Y eso es lo que ocurrió ayer, a puerta cerrada, en la Audiencia de Barcelona.

Fuentes judiciales explicaron que Maite relata en esa grabación los maltratos que su padre infligía habitualmente a Alba, a quien obligaba a tragar la comida que vomitaba y a beber agua con una jeringa a través de un precinto que le colocaba en la boca. La niña también explica en esa grabación que la noche que ocurrieron los hechos el padre se quedó solo con Alba y ella salió unos minutos antes con la madre de la víctima. Con todo, las mismas fuentes explicaron que el relato de Maite es infantil y que mezcla lo imaginario con lo real.

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En la misma sesión de ayer, el tribunal de la Sección 20 que juzga el caso también escuchó la grabación realizada al día siguiente de los hechos, con un contenido sustancialmente distinto. En ese caso, la pequeña relata que Alba se había lesionado al caerse de la cama mientras ambas jugaban en una habitación. Esa grabación fue realizada por iniciativa del tío de Maite y hermano del acusado, después de que éste fuera detenido y lo sugiriera su abogada.

El acusado y los tíos de la niña ratificaron ante el tribunal esa versión, aunque los médicos la cuestionaron de manera tajante, ni siquiera considerando que la niña estuviera saltando encima de una cama que tenía menos de 50 centímetros de altura y se hubiese caído de ella.

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En la sesión de ayer también declaró una de las anteriores parejas de Ana María Cano, la madre de Alba, quien explicó que en los siete meses en que convivió con la procesada constató que la atención y educación que daba a la niña "no era la adecuada", especialmente en lo que se refiere a la alimentación y a las tareas diarias. Es la misma versión que ofreció en su declaración Álvaro Luis Caldas, el padre de Alba, quien dijo que la niña estaba sucia cuando iba a buscarla.

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