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El hospital de Girona retrasa la mayor parte de los recortes a después de las municipales

El Josep Trueta limita al 5% la reducción del gasto y condiciona el resto a las elecciones y las protestas - El Clínic cierra las urgencias ambulatorias

El hospital Josep Trueta de Girona quiere retrasar la mayor parte de los recortes, y aquellos que más afectan a los pacientes, a después de las elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Así se lo hizo saber ayer la dirección del centro a los representantes de los trabajadores, según la presidenta de la Junta de Personal, Maria Àngels Rodríguez, de CC OO. Esta explicó que antes de los comicios el hospital acometerá una reducción del gasto del 5,21% con medidas que afectan sobre todo al personal. Será posteriormente, y "dependiendo de las elecciones y las protestas que se están produciendo", podría llevar a cabo la parte del león del tijeretazo, afirmó Rodríguez que les transmitió la dirección del Josep Trueta.

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El hospital, por su parte, declinó ofrecer su versión del encuentro. Este es el primer caso en el que un hospital propone condicionar la cuantía de los recortes a las elecciones municipales y al desarrollo de las protestas, lo que contrasta con lo afirmado hasta la fecha por el consejero de Salud, Boi Ruiz, el mismo día en que el hospital Clínic de Barcelona anunció que cierra indefinidamente el servicio de urgencias que abrió hace 20 años por los recortes en sanidad.

La gerencia del Trueta comunicó que planea recortar 7,3 millones de euros, el 5,21% del presupuesto, entre mayo y diciembre de este año, según el plan de la gerencia que suaviza el ajuste que había anunciado Salud para este hospital. El ajuste no alcanzará los 16 millones previstos (el 11% del presupuesto), sino menos de la mitad. La dirección del hospital explicó que los recortes se ejecutarán en cuatro fases, y que esta es solo la primera, sin detallar cuándo se aplicarán las otras tres.

El centro ha decidido por ahora eliminar de un plumazo el presupuesto para la formación continua de los empleados. Con esta medida, pretende ahorrarse nueve puestos de trabajo de personal eventual, que ahora cubre esas horas. Los recortes de personal se harán efectivos el 30 de abril, aunque en algunos casos se aplazarán hasta junio, cuando expiren los contratos eventuales del personal que entró en enero.La dirección del Trueta también pretende recortar personal a través de otra vía. Hasta ahora, el hospital compensaba el tiempo extra que los trabajadores empleaban para pasar los partes a los compañeros que entran en el turno siguiente: unos 10 minutos diarios que suponen entre tres y ocho días de libranza al año. Estos días ya no se compensarán, con lo que el hospital reducirá 15 puestos de trabajo y medio millón de euros. Según fuentes sindicales, esta medida supone que los empleados trabajarán más por el mismo sueldo.

Las protestas por los recortes en sanidad volvieron a colapsar ayer los principales los accesos a Barcelona: unas 2.500 personas, entre manifestantes y personal sanitario, cortaron durante cerca de una hora la Ronda de Dalt, la del Litroral y la Gran Via. Las movilizaciones originaron retenciones de decenas de kilómetros, como ya ocurrió en las protestas de la semana pasada. La ocupación de las calles se replicó también en las cercanías de otros centros sanitarios en Viladecans, Badalona, Lleida y Tarragona, informa Mercè Pérez.

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Los sindicatos advirtieron que la protesta, liderada conjuntamente por la mayoría de los sindicatos, se repetirá con más fuerza la próxima semana, cuando el Departamento de Salud tiene previsto hacer públicos los recortes sanitarios definitivos que deberán acatar los hospitales para reducir el presupuesto del departamento en el 10%, unos 1.000 millones de euros.

Este tijeretazo supondrá el despido de unos 4.000 profesionales, cifró el presidente del Consorcio Sanitario de Igualada y de Anoia y también candidato a la alcaldía de Igualada por el PSC, Jordi Aymamí. Este añadió que el ajuste afectará inevitablemente a la calidad asistencial y expresó inquietud sobre el futuro de las ayudas de la Ley de Dependencia. Las prestaciones de este tipo han caído el 34% en el primer trimestre de CiU en el Gobierno con relación a la media mensual de 2010, según los datos oficiales del Imserso que la Generalitat no reconoce como propios. "Los retrasos en dependencia son la herencia del anterior Gobierno", insistió ayer el consejero de Bienestar Social y Familia, Josep Lluís Cleries, quien no explicó por qué estos retrasos han sido sensiblemente mayores durante los primeros meses de la presidencia del convergente Artur Mas.

El recorte que aplica su Ejecutivo también ha forzado el cierre de las urgencias del hospital Clínic en la calle de València de Barcelona, que atendía a unas 15.000 personas al año. El centro, abierto hace dos décadas, cerrará indefinidamente sus puertas el próximo miércoles a las 22.30 horas tras haber prestado una "gran tarea asistencial", según recordó la dirección del Clínic.

El dispensario atendía dolencias menores como fiebre, resfriados, esguinces y algunos casos de traumatología. Estos servicios serán derivados a varios centros: la sede del Clínic en la calle de Villarroel, el centro de atención primaria Manso, donde hay un centro de urgencias, propio y al hospital Plató.

Los sindicatos advirtieron de que el cierre colapsará el Clínic. "Los tiempos de espera de urgencias aumentarán más del 50%", señaló el delegado de CGT del hospital, Albert Sancho. El ajuste de la Generalitat también ha afectado a las urgencias del centro, que ya mantienen un tiempo de espera promedio de entre tres y cuatro horas y han suspendido indefinidamente las obras de ampliación para mejorar el servicio: el hospital había proyectado una ampliación en gran parte de una manzana ocupada por el parque de bomberos contiguo al centro. Los trabajos -ya se ha derribado el edificio de bomberos- están paralizados por falta de presupuesto.

Empleados del centro de urgencias del Clínic de la calle de València, ayer tras conocer el anuncio del cierre del centro.
Empleados del centro de urgencias del Clínic de la calle de València, ayer tras conocer el anuncio del cierre del centro.MARCEL·LÍ SAÈNZ

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