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Reportaje:

"Me intenté cubrir y me pegaron"

Dos 'manteros' denuncian a la Guardia Urbana de Barcelona por agresiones

Una pulsera de plata de las gordas baila en la muñeca izquierda de Moussa Niang mientras habla. Está en el antebrazo sano. El otro luce enyesado desde el codo hasta la mano. El hombre, de 27 años, tiene dos dedos rotos. En concreto, los huesos segundo y tercero del metacarpiano de la mano derecha, según consta en el parte médico del Hospital de l'Esperança. Niang acusa a la Guardia Urbana de Barcelona de haberle aporreado sin motivo el domingo a las dos de la tarde, en un dispositivo contra la venta ambulante ilegal. Los agentes esgrimen que se hirió en la huida.

"Estaba en el metro, sentado, esperando a unos amigos para ir a trabajar, cuando llegó un grupo de policías de paisano", cuenta, desde un despachito de la sede de la Asociación Catalana de Residentes Senegaleses. Tras los primeros porrazos, relata que sus amigos salieron corriendo. "Yo me intenté cubrir, pero me pegaron. La mano me dolía tanto que no puede escapar", lamenta. "Los agentes acudieron a denunciar a un grupo de vendedores y decomisar la mercancía. Algunos opusieron resistencia. Ante eso, exhibieron la defensa y una parte de los vendedores huyeron precipitadamente, y se hirieron", contrapone una portavoz del Ayuntamiento.

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Las versiones solo coinciden en que los policías llamaron a una ambulancia. Niang denunció el mismo domingo a la Guardia Urbana en la comisaría de Ciutat Vella. Al menos otra persona ha acusado a los agentes ante los Mossos. "Otras siete están a punto de hacerlo", indicó ayer el secretario de la asociación senegalesa, Omar Diatta, que hizo de intérprete con Niang.

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Desde que llegó a España en patera hace cuatro años, Niang dice que nunca había sufrido un episodio así. Admite que es ilegal y que ha pasado temporadas en centros de internamiento (un mes en Tenerife y tres días en Barcelona). "Me han multado, me han quitado la mercancía, he corrido... Pero nunca me habían pegado", explica. Él niega que opusiese resistencia. "Compro los bolsos a los chinos por ocho o nueve euros en la calle de Trafalgar o en Badalona, luego los vendo por 10 o 15. Y si viene la policía, salgo corriendo", resume. Con lo que gana le da para pagar la habitación de alquiler (150 euros), la comida (20 euros semanales) y le quedan unos 100 euros para gastos.

La Guardia Urbana, bajo el mando del nuevo alcalde de la ciudad, Xavier Trias (CiU), se ha marcado como una de sus prioridades la lucha contra la venta ambulante ilegal, según contó el intendente mayor del cuerpo, José Reina, en el operativo de fin de semana. La actuación se saldó con 341 denuncias, 8.600 objetos decomisados y dos detenidos por resistencia a la autoridad.

Pero la lucha no es solo en Barcelona. Ayer los Mossos d'Esquadra registraron un piso de la calle de Balmes de Reus, donde detuvieron a tres personas y se llevaron una veintena de cajas y bolsas de material ilegal, en su mayoría camisetas y CD. En algunas zonas de la ciudad, este tipo de venta de cada vez es más común.

La mayoría de manteros, sin embargo, prefieren vender alejados de los municipios donde residen. Cambrils es una de las localidades damnificadas. "La mayoría de manteros viven en Salou, pero se desplazan hasta nuestro término municipal para no tener problemas en su ciudad", explica Daniel Milán, concejal de Seguridad del Ayuntamiento. Para Milán, las batidas diarias de la policía no son suficientes. La policía patrulla por las zonas afectadas, pero la incidencia es escasa. "No podemos organizar batallas campales cada día en la playa; da muy mala imagen para el municipio", confiesa el regidor.

En El Vendrell (Baix Penedès) la situación es similar, con un centenar de manteros que campan por el paseo marítimo de Coma-ruga. "Muchos de los compradores son turistas y este hecho dificulta poner multas", expone Milán. Los Ayuntamientos apuestan por concienciar a los ciudadanos para que rehúsen comprar. "Si hay oferta es porque alguien compra", explica Benet Jané, alcalde de El Vendrell. La Generalitat está ultimando una campaña que señala directamente a los compradores y sopesa multarlos. Interior se esfuerza, además, en descabezar a las organizaciones que hay detrás de los vendedores.

Niang, con el brazo enyesado, en una fotografía tomada ayer.
Niang, con el brazo enyesado, en una fotografía tomada ayer.TEJEDERAS

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